La autovía A-601 entre Valladolid y Segovia refuerza su papel como ruta alternativa y experimenta un notable aumento en el volumen de vehículos en los últimos diez años, consolidándose como una opción más económica y eficiente para los desplazamientos hacia Madrid.

En los últimos diez años, la autovía A-601 que conecta Valladolid con Segovia ha experimentado un crecimiento significativo en su volumen de tráfico, reflejando su importancia creciente dentro de la red de carreteras de Castilla y León.

Según datos recientes, la Intensidad Media Diaria (IMD) en 2024 alcanzó los 9.943 vehículos, lo que supone un incremento del 32 % en comparación con los 7.518 vehículos registrados en 2014. Este aumento constante ha consolidado a la A-601 como una alternativa competitiva frente a la tradicional autopista A-6 para quienes viajan entre Valladolid y Madrid.

La tendencia refleja no solo la expansión del uso de esta vía, sino también un cambio en las preferencias de los conductores por rutas que ofrecen mayor eficiencia y menor coste.

Desde su inauguración, la autovía ha ido creciendo en importancia debido a la mejora de las conexiones viales en la región. El desdoblamiento de la SG-20 en 2020, que completó la vía de doble calzada en toda su extensión, facilitó que los desplazamientos pudieran realizarse en menos tiempo y con menor congestión, reduciendo en aproximadamente 4 kilómetros la distancia respecto a la ruta por la A-6.

Además, los costes asociados a los peajes han sido un factor determinante en la elección de esta ruta. Para el año 2025, los vehículos ligeros que circulan desde Valladolid hacia Madrid pagan alrededor de 6,5 euros (aproximadamente 7,3 euros en la moneda local), con tarifas que suben en horas punta hasta los 9 euros (unos 10,10 euros).

En cambio, el peaje en la A-6 para la misma ruta puede alcanzar los 14,3 euros, lo que en términos económicos representa un ahorro considerable para los usuarios habituales.

Este ahorro también se refleja en los costes para vehículos pesados, que en la A-601 pagan aproximadamente 16,5 euros (18,5 euros en moneda local), mientras que en la A-6 el coste puede superar los 23 euros (25,7 euros).

Tal diferencia en precios se traduce en una preferencia creciente por la autovía alternativa, especialmente para empresas de transporte y viajeros frecuentes que buscan optimizar sus gastos.

La Junta de Castilla y León continúa invirtiendo en la mejora y mantenimiento de esta infraestructura clave. La red de vigilancia cuenta con 59 cámaras distribuidas a lo largo de los 92,3 kilómetros de la autovía, monitoreadas 24 horas por personal especializado en centros de control en Valladolid y Segovia.

Además, se disponen de 13 paneles de mensajería variable que informan en tiempo real sobre incidencias o condiciones del tráfico, contribuyendo a una circulación segura y eficiente.

Desde sus primeros pasos, la autovía A-601 ha ido evolucionando, partiendo de los desdoblamientos iniciales en las cercanías de las ciudades. La conexión definitiva fue completada en septiembre de 2008, mediante un tramo de alta capacidad que unió ambas urbes en una vía moderna y segura. La inversión en este proyecto, financiada mediante contratos de peaje en sombra, ha sido crucial para ofrecer una infraestructura sin coste directo para los usuarios, ya que la Junta asume los gastos en función del volumen de tráfico y la calidad del servicio.

El crecimiento en el uso de esta autovía refleja una tendencia de movilidad que favorece alternativas más sostenibles y económicas, contribuyendo a una Castilla y León más conectada, competitiva y preparada para el futuro.

La apuesta del Gobierno regional por la mejora continua de sus infraestructuras viales demuestra su compromiso con el desarrollo territorial, la seguridad vial y la cohesión social en toda la comunidad autónoma.