La Ciudad de Buenos Aires enfrenta fuertes lluvias que superaron los 110 milímetros en pocas horas, desencadenando un amplio despliegue de recursos y personal para garantizar la seguridad y evitar inundaciones. El operativo incluye más de 2.300 agentes y diversas acciones preventivas en todas las comunas.
Buenos Aires vivió una jornada marcada por intensas tormentas que provocaron una precipitación superior a los 110 milímetros en varias zonas de la ciudad en apenas unas horas.
Ante esta situación, el Gobierno porteño activó un plan de respuesta integral que movilizó a más de 2.300 agentes especializados en pluviales, limpieza urbana, arbolado y seguridad, con el objetivo de minimizar riesgos y mantener la seguridad de los vecinos.
El viernes, el Servicio Meteorológico Nacional elevó la alerta naranja por tormentas fuertes, que permaneció vigente durante toda la madrugada. La intensidad de las lluvias provocó acumulaciones de agua en diferentes áreas, aunque afortunadamente no se registraron inundaciones de gravedad. Desde el inicio de las precipitaciones, se registraron alrededor de 110 incidentes relacionados con el sistema de drenaje, principalmente obstrucciones en sumideros y pequeños anegamientos que fueron rápidamente atendidos por las cuadrillas de desobstrucción y limpieza.
Para hacer frente a estos eventos, la Ciudad desplegó un operativo coordinado entre diversas áreas gubernamentales y empresas prestatarias del servicio de higiene urbana.
Se realizaron tareas de limpieza en más de 30 mil sumideros, control de más de 840 kilómetros de conductos subterráneos y mantenimiento de 10 mil bocas de registro, esenciales para el correcto drenaje del agua.
Además, se monitorearon periódicamente 32 pasos bajo nivel, incluyendo la supervisión de sumideros, salas de bombas, instalaciones eléctricas, mecánicas e hidráulicas, y grupos electrógenos.
En cuanto al arbolado urbano, se atendieron nueve avisos de ramas caídas o árboles en peligro, gestionados a través de canales de atención ciudadana como el 147, Boti y la plataforma BA Colaborativa.
Para responder rápidamente a estas incidencias, se movilizaron cuadrillas de más de 150 agentes especializados en arbolado, quienes trabajan en la remoción de ramas y árboles que puedan representar un riesgo para la comunidad.
El Jefe de Gobierno, Jorge Macri, supervisó en el Centro Único de Coordinación y Control (CUCC) las acciones en curso, acompañado del Jefe de Gabinete, Gabriel Sánchez Zinny; el Ministro de Espacio Público e Higiene Urbana, Ignacio Baistrocchi; y el Ministro de Seguridad, Horacio Giménez.
En sus declaraciones, Macri destacó que “estamos en pleno trabajo mientras dure la alerta para garantizar un buen drenaje y proteger a los vecinos”.
El mandatario también resaltó la importancia de la colaboración ciudadana en tareas preventivas, como sacar la basura en horarios específicos para facilitar el trabajo de las cuadrillas.
Los equipos especializados también realizaron monitoreo y mantenimiento en los sistemas de drenaje de arroyos, con obras de limpieza y adecuación en diferentes puntos de la ciudad, además de reforzar la seguridad en pasos bajo nivel y zonas vulnerables.
La limpieza y mantenimiento de los sistemas de drenaje es una tarea histórica en Buenos Aires, que data desde principios del siglo XX, cuando se construyeron los primeros sistemas de alcantarillado para mejorar la salud pública y prevenir inundaciones en una ciudad que ha crecido aceleradamente en las últimas décadas.
El operativo también incluyó la revisión y cuidado del arbolado urbano, fundamental para prevenir caídas durante tormentas fuertes. La ciudad cuenta con un plan de gestión de árboles que ha ido perfeccionándose desde la década de 1980, con la incorporación de tecnologías y estudios de impacto ambiental.
El ministro Baistrocchi enfatizó que “el mantenimiento permanente del sistema pluvial, la limpieza de arroyos y la poda de árboles son clave para reducir riesgos en eventos climáticos extremos.
Sin embargo, la colaboración de los vecinos, como sacar la basura en los horarios indicados, es esencial para mantener la eficiencia del sistema”.
A pesar de la intensidad de las lluvias, las autoridades confirmaron que no hubo daños mayores ni inundaciones significativas en zonas críticas, gracias a las acciones preventivas y de respuesta rápida.
La ciudad continúa en alerta por las condiciones climáticas, preparada para actuar ante cualquier nuevo episodio de tormentas.
Este tipo de eventos climáticos se han vuelto más frecuentes en Buenos Aires en las últimas décadas, en parte debido al cambio climático global que ha provocado un incremento en la intensidad y frecuencia de lluvias intensas.
La gestión de riesgos y la infraestructura urbana se han ido adaptando para hacer frente a estos desafíos, pero la participación ciudadana sigue siendo una pieza clave en la prevención y protección de la comunidad.