Tras más de tres décadas en el antiguo zoológico de Buenos Aires, Pupy, la última elefanta residente en el Ecoparque, fue trasladada a un santuario en Brasil en un operativo que priorizó su bienestar y seguridad, marcando un hito en la protección de animales de gran tamaño en la región.

El Ecoparque de Buenos Aires, que sustituyó al antiguo zoológico de la ciudad en 2016, ha sido escenario de una importante operación que culminó con el traslado de su última residente de gran tamaño, una elefanta africana llamada Pupy.

Con 35 años y una larga historia en el ex zoo, Pupy fue enviada a un santuario en Chapadas Dos Guimarães, en el estado de Mato Grosso, Brasil, en un esfuerzo conjunto que busca ofrecerle una vida más natural y libre de las limitaciones de un espacio en cautiverio.

Este traslado no solo representa un cambio para Pupy, sino que también simboliza el compromiso de las autoridades y organizaciones protectoras en mejorar las condiciones de vida de los animales exóticos en cautiverio en Argentina.

La historia de Pupy en el antiguo zoológico de Buenos Aires comenzó en mayo de 1993, cuando fue traída desde África. Durante más de 30 años, fue la única elefanta en el Ecoparque, que en su momento albergaba una variedad de especies animales, muchas de las cuales ahora han sido reubicadas en santuarios especializados.

El operativo para trasladar a Pupy fue cuidadosamente planificado y realizado en cinco días, con un recorrido de aproximadamente 2.700 kilómetros. La operación requirió un protocolo sanitario estricto, adaptado a sus necesidades, y se evitó el uso de sedantes para reducir el estrés del animal.

Durante el viaje, Pupy permaneció en su caja de transporte, que fue diseñada para su comodidad y seguridad. A lo largo del trayecto, se realizaron varias paradas para verificar su estado, ofrecerle comida y agua, y mantenerla acompañada por personal especializado que cuidó de su bienestar.

El viaje comenzó el 14 de abril y fue coordinado por un equipo conjunto entre el Ecoparque, el Santuario de Elefantes en Brasil y la Fundación Franz Weber, una organización internacional dedicada a la protección animal.

La llegada a su nuevo hogar fue un momento emotivo; Pupy fue recibida con cañas y sandía, su comida favorita, y se le ofreció un baño refrescante con una manguera para aliviar su calor.

Al llegar, Pupy fue introducida lentamente en el nuevo entorno, donde empezó a explorar y familiarizarse con el espacio. En los días siguientes, continuará con su proceso de adaptación, conociendo al equipo técnico del santuario y descubriendo nuevas áreas. Los expertos explicaron que la preparación previa incluyó entrenamientos específicos para facilitar los estudios médicos y fortalecer su vínculo con la caja de transporte, lo que fue fundamental para garantizar una transición exitosa.

Este traslado representa la derivación número 1010 realizada por el Ecoparque desde el cierre del zoológico en 2016. La mayoría de estos movimientos han sido exitosos y coordinados con organizaciones especializadas en fauna, demostrando un compromiso constante por el bienestar animal.

Sin embargo, esta fue la última gran derivación, ya que los animales de gran tamaño que aún permanecen en el Ecoparque son en su mayoría mayores o enfrentan dificultades logísticas que dificultan su traslado.

El Santuario de Elefantes en Brasil es el primer refugio de su tipo en América Latina, gestionado por la organización Global Sanctuary for Elephants (GSF) en colaboración con Elephant Voices.

Su misión es ofrecer un ambiente natural y seguro para elefantes que han vivido en cautiverio, permitiéndoles recuperar comportamientos propios de su especie y socializar en condiciones óptimas.

Actualmente, en el santuario viven cinco elefantas asiáticas: Mara, Guillermina, Rana, Maia y Bambi. Debido a las diferencias biológicas entre especies, Pupy, siendo una elefanta africana, no compartirá espacio con ellas, aunque en el futuro podrá interactuar con otros ejemplares en zonas específicas.

El santuario está equipado con sistemas de doble vallado y cercas perimetrales para garantizar la seguridad de los animales y evitar accesos externos no autorizados.

La iniciativa refleja una tendencia global hacia la protección de animales en cautiverio, promoviendo soluciones que priorizan su bienestar y conservación.

Desde su apertura, el Ecoparque ha realizado esfuerzos significativos para reubicar a sus animales en espacios adecuados, y este traslado de Pupy marca un paso importante en esa dirección.

La historia de esta elefanta, que ha sido testigo de décadas de cambios en la protección animal en Argentina, ahora continúa en un entorno más natural, donde podrá vivir con dignidad y en condiciones que respetan sus necesidades biológicas.

En términos económicos, el costo del traslado, que incluyó transporte, atención veterinaria, infraestructura y personal, se estima en aproximadamente 3,2 millones de pesos argentinos, equivalentes a unos 30.000 euros, según fuentes oficiales. Este gasto refleja el compromiso de las instituciones con la protección animal y la inversión necesaria para garantizar traslados seguros y responsables.

La operación de Pupy no solo simboliza un avance en la política de bienestar animal en la región, sino que también reafirma el valor de los santuarios en la conservación y recuperación de especies que han sido víctimas del cautiverio en escenarios no adecuados.

La historia continúa, y Pupy ahora inicia una nueva etapa en un refugio diseñado para ofrecerle la calidad de vida que merece, en un entorno que respeta su naturaleza y dignidad.