El Ayuntamiento de Zaragoza lanza una innovadora iniciativa para transformar los ahorros energéticos generados en una fuente de financiación para proyectos sostenibles, consolidándose como pionero en España en esta materia.
El Ayuntamiento de Zaragoza se prepara para poner en marcha una novedosa estrategia que permitirá convertir el ahorro energético generado en sus edificios públicos en una fuente de ingresos para futuros proyectos sostenibles.
Según han explicado esta mañana la consejera de Hacienda y Fondos Europeos, Blanca Solans, y el consejero de Urbanismo, Infraestructuras, Energía y Vivienda, Víctor Serrano, esta iniciativa busca aprovechar el potencial de los certificados de ahorro energético (CAE) para financiar acciones de eficiencia y energías renovables.
Supuestamente, esta medida pionera en el ámbito local está regulada por el Real Decreto 36/2023, que establece el sistema de certificados de ahorro energético en España.
Zaragoza se convierte así en la primera gran ciudad del país en implementar una política de este tipo, destacando además como un referente en la Misión de Ciudades Inteligentes y Climáticamente Neutras en el contexto europeo.
Las intervenciones realizadas en diversos edificios municipales han conseguido reducir significativamente el consumo de energía. Entre los espacios beneficiados se encuentran el Teatro Principal, la Casa de los Morlanes, la Biblioteca Municipal Manuel Alvar, la Casa de las Culturas y el Centro de convivencia para personas mayores en San José.
En todos ellos se han llevado a cabo mejoras en los sistemas de climatización y aislamiento térmico, logrando un ahorro energético que ahora puede ser monetizado.
Según las estimaciones del Ayuntamiento, los ahorros alcanzan un total de aproximadamente 85.500 euros (equivalentes a unos 94.000 euros en moneda europea), basados en un ahorro anual de 849 MWh, valorados a un precio mínimo de 100 euros por MWh. La cantidad total de ahorro energético susceptible de ser subastada asciende a este importe mínimo, que será licitado en un proceso de concurrencia competitiva dirigido exclusivamente a empresas comercializadoras de energía, operadores de productos petrolíferos y gases licuados.
Este procedimiento permitirá que las entidades obligadas a realizar aportaciones a fondos de eficiencia energética puedan comprar estos certificados, convirtiendo así los ahorros en un activo financiero que compense a las administraciones por sus inversiones en eficiencia.
Presuntamente, los CAE representan una oportunidad para que las inversiones en sostenibilidad tengan un retorno económico adicional, incentivando así nuevas acciones en el ámbito urbano.
Supuestamente, esta iniciativa no solo busca reducir el consumo energético, sino también promover la rehabilitación de viviendas y edificios públicos.
Zaragoza Vivienda, en su papel de gestor de políticas urbanas sostenibles, está promoviendo la monetización de las actuaciones de rehabilitación en edificios de alquiler social, que contribuyen a la reducción de emisiones de CO2 y fomentan un entorno más ecológico.
Entre los proyectos destacados se encuentra el plan Neutralpath en el edificio Alejandro Casona, destinado a convertirlo en un ejemplo de eficiencia energética y neutralidad climática para 2030.
Además, se están ejecutando reformas en bloques de viviendas en diferentes barrios, financiadas con fondos Next Generation, con el objetivo de hacer las viviendas energéticamente positivas.
Este enfoque integral, que combina actuaciones en edificios públicos y privados, pretende convertir a Zaragoza en un referente europeo en sostenibilidad urbana.
La utilización de los CAE permite recuperar parte de la inversión en eficiencia energética, promoviendo un círculo virtuoso que impulsa la innovación y el compromiso medioambiental en la ciudad.
Por último, cabe destacar que la historia de la eficiencia energética en Zaragoza tiene raíces profundas. Desde principios del siglo XX, la ciudad ha sido pionera en la adopción de tecnologías para mejorar la gestión energética en su infraestructura. La implementación actual de estos certificados forma parte de una estrategia más amplia que busca cumplir con los objetivos del Acuerdo de París y alcanzar la neutralidad climática en 2030, consolidando así su liderazgo en el ámbito de la sostenibilidad en España y Europa.