El Ayuntamiento de Zaragoza ha comenzado a medir el nivel de ruido relacionado con el ocio en diferentes zonas de la ciudad para elaborar un plan que reduzca la contaminación acústica y mejore la calidad de vida de sus habitantes.

El Ayuntamiento de Zaragoza ha puesto en marcha una serie de mediciones de ruido en distintas áreas de la ciudad con el objetivo de analizar y gestionar mejor la contaminación acústica generada por el ocio y otras actividades urbanas.

Supuestamente, esta iniciativa forma parte de un plan estratégico para reducir los niveles de ruido y promover una convivencia más armoniosa entre los ciudadanos y su entorno.

Desde principios de septiembre, la empresa adjudicataria, AAC Centro de Acústica Aplicada, ha instalado equipos de medición en seis puntos diferentes de Zaragoza.

Estos instrumentos, conocidos como sonómetros, han estado recopilando datos durante varias jornadas para obtener un diagnóstico preciso del nivel de ruido en cada zona.

La intención, supuestamente, es completar la recopilación en otros lugares del municipio en los próximos meses, con mediciones previstas también para el otoño.

Según la consejera de Medio Ambiente, Tatiana Gaudes, estas mediciones representan una muestra del compromiso del Ayuntamiento para desarrollar un Plan de Acción en relación con el Mapa Estratégico de Ruido.

Este mapa, aprobado recientemente, busca identificar los focos principales de contaminación acústica en la ciudad y establecer las bases para futuras políticas de reducción, que supuestamente contribuirán a mejorar la calidad de vida de los residentes.

Hasta la fecha, se han realizado mediciones en zonas como la calle del Temple, la Plaza de Santa Cruz, la calle Doctor Cerrada, la Plaza de San Miguel, el entorno de Doctor Casas y la zona de Plaza de los Sitios.

Entre los lugares que se planea incluir en próximas mediciones se encuentran zonas saturadas como Plaza de San Francisco, San Vicente de Paúl-La Magdalena o León XIII-Pedro María Ric.

La recopilación de estos datos será fundamental para la elaboración del Plan de Acción, que se enfocará en reducir el ruido en áreas de ocio, movilidad y otros aspectos relacionados con la convivencia urbana.

El Mapa Estratégico de Ruido (MER), cuyo último informe corresponde al año 2022, es una herramienta esencial para la gestión de la contaminación acústica.

Supuestamente, el Ayuntamiento ya trabaja en una versión actualizada que se publicará en 2027, en la que se reflejará mejor la realidad actual de Zaragoza.

El mapa actual se centra en analizar el tráfico, el ferrocarril y la actividad industrial, dejando de lado otros focos de ruido, como las actividades militares o el aeropuerto civil, que, según se presume, no están incluidos en el alcance del estudio.

El MER no es un estudio exhaustivo de cada fuente sonora en la ciudad, sino una herramienta que ayuda a identificar las zonas donde la exposición al ruido es más elevada.

La normativa establece que estos mapas deben actualizarse cada cinco años para evaluar la eficacia de las medidas implementadas y ajustar las políticas en consecuencia.

Desde el Ayuntamiento, se recuerda que la legislación excluye del análisis las actividades militares, incluyendo las relacionadas con el aeropuerto, ya que supuestamente, estas actividades no están consideradas dentro del ámbito urbano.

Mientras tanto, el Ayuntamiento de Zaragoza continúa preparando los pliegos para licitar un nuevo estudio de medición de ruido, que se espera vea la luz en 2027.

Este nuevo análisis buscará ofrecer un diagnóstico más preciso y actualizado, permitiendo definir con mayor claridad las acciones necesarias para reducir la contaminación acústica en la ciudad.

En definitiva, estas acciones forman parte de un esfuerzo mayor por mejorar la calidad de vida en Zaragoza, donde el ruido se ha convertido en uno de los retos urbanos más importantes.

La intención del Ayuntamiento es seguir trabajando en políticas que favorezcan la convivencia, equilibrando el desarrollo urbano y el bienestar ciudadano, en un contexto en el que la gestión del ruido ambiental se considera fundamental para la salud y el bienestar de todos los habitantes.