Las ciudades de Zaragoza y Madrid refuerzan su vínculo cultural con la tamborrada, una celebración que combina historia, música y turismo, atrayendo a miles de visitantes cada año.

La celebración anual de la tamborrada en Madrid volvió a demostrar su carácter como uno de los eventos más emblemáticos de la Semana Santa en la capital española.

En esta edición, la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, y el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, compartieron protagonismo en un acto que refuerza los lazos culturales entre ambas ciudades.

La participación de la Cofradía de la Coronación de Espinas de Zaragoza, invitada especial, añadió un toque de tradición y orgullo aragonés a esta festividad que tiene raíces profundas en la historia de España.

Cada año, el Domingo de Resurrección, entre las 12:00 y las 14:00 horas, las calles de Madrid se llenan del retumbar de tambores y bombos, en un acto que simboliza el final de la Semana Santa madrileña.

Desde hace 28 años, esta tamborrada se ha convertido en un evento consolidado, donde cofradías procedentes de distintas ciudades españolas participan en una tradición que también refleja la diversidad cultural del país.

La alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, expresó su satisfacción por participar en esta celebración: “Volvemos a la tamborrada que cierra nuestra Semana Santa.

Zaragoza no puede faltar porque el ritmo del tambor y el bombo forma parte de nuestra identidad cultural y de nuestra historia milenaria”. La Semana Santa en Zaragoza, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional, cuenta con más de 700 años de tradición, 53 procesiones, más de 16.000 cofrades, y más de 4.000 instrumentos musicales, evidenciando la magnitud de esta celebración que atrae a miles de visitantes cada año.

El recorrido tradicional inicia en el Monasterio de las Carboneras, en la plaza Conde de Miranda, continúa por la plaza de la Villa y finaliza en la plaza Mayor, donde la tronada rompe el silencio con un espectáculo pirotécnico que marca el cierre del evento.

Este pasacalles no solo es una manifestación religiosa sino también una muestra de la riqueza cultural y patrimonial que Zaragoza ofrece a sus visitantes.

Zaragoza Turismo, consciente del impacto económico de estas festividades, ha instalado un punto de información en el lugar para promover la Semana Santa y la oferta cultural, patrimonial y gastronómica de la ciudad.

Además, un grupo de actores y promotores interactúan con el público, realizando actividades como juegos con tambores para niños, promociones en restaurantes locales, catas en establecimientos como Los Galayos, y un sorteo de un fin de semana para dos en Zaragoza.

Estudios realizados por la Universidad de Zaragoza estiman que la Semana Santa genera un impacto económico cercano a los 62 millones de euros (unos 55 millones de euros en moneda europea), consolidándose como un motor fundamental para la economía local.

Los visitantes no solo acuden para disfrutar de las procesiones, sino también para explorar museos, degustar la gastronomía y conocer los monumentos históricos de la ciudad.

Este evento anual no solo representa una tradición religiosa y cultural, sino también un motor turístico y económico que pone en valor la historia y la identidad de Zaragoza, fortaleciendo los lazos con Madrid y promoviendo la riqueza del patrimonio español en toda su diversidad.