El Ayuntamiento de Valencia continúa su trabajo para implementar un sistema de control en la Zona de Bajas Emisiones con la colocación de nuevas cámaras.
El Ayuntamiento de Valencia avanza en su iniciativa para establecer un sistema de control de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) mediante la instalación de cámaras en diferentes puntos de la ciudad.
En el mes de agosto del 2024, se colocarán 20 nuevas cámaras, elevando el total a 81 de un plan general que contempla 278 dispositivos.
Esta serie de medidas busca mitigar la contaminación del aire y fomentar el uso de vehículos menos contaminantes.
Hasta el momento, el municipio ya ha instalado 33 cámaras en diversas localizaciones, como en la avenida General Avilés y en otras calles clave.
Recientemente, se añadieron 18 dispositivos más en barrios como Alfauir y Tres Forques, entre otros.
Estas cámaras están diseñadas para capturar matrículas de vehículos en cualquier condición de luz y se conectan con la base de datos de la Dirección General de Tráfico (DGT) para verificar las etiquetas ambientales de los autos.
Un aspecto crucial de esta implementación es que los sistemas de grabación incluyen tecnología para asegurar la privacidad de los conductores, mediante la difuminación de rostros y matrículas de vehículos que no infrinjan las normativas.
La fase informativa de esta estrategia comenzará en el año 2025. Durante este tiempo, no se impondrán sanciones a los vehículos que no cuenten con la etiqueta ambiental adecuada; esta es una acción que permitirá a los conductores familiarizarse con las nuevas regulaciones.
Por su parte, las restricciones se implementarán gradualmente: desde enero de 2026, se comenzará a restringir la entrada a vehículos con etiqueta A que provengan de fuera de Valencia y que cumplan con ciertos criterios de antigüedad.
Ya a partir de enero de 2027, se prohibirá la entrada de cualquier vehículo sin etiqueta de emisiones que no esté registrado en Valencia.
Se prevé que a partir del 1 de enero de 2028, todas las restricciones estén totalmente en vigor, consolidando así la estructura de la ZBE. Este enfoque no solo responde a una necesidad de mejorar la calidad del aire en la ciudad, sino que también se alinea con los objetivos de sostenibilidad y mitigación del cambio climático propuestos en diferentes foros internacionales.
Valencia, históricamente, ha sido un pionero en la adopción de medidas ambientales, y con este nuevo protocolo, se reafirma como un referente en materia de movilidad sostenible, anticipando y liderando los cambios en políticas urbanas que se están impulsando en toda Europa, donde muchas ciudades están implementando regulaciones similares ante la creciente preocupación por la calidad del aire y el bienestar de sus ciudadanos.