El Ayuntamiento de València intensifica las medidas de seguridad para salvaguardar su patrimonio durante las fiestas de Fallas, ampliando el número de monumentos protegidos.

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Con la llegada de las emblemáticas Fallas, el Ayuntamiento de València ha tomado medidas extraordinarias para garantizar la protección de su valioso patrimonio histórico y cultural.

Este año, la Llotja de la Seda, un magnífico ejemplo de la arquitectura gótica y Patrimonio de la Humanidad desde 1996, será vallada a partir del 28 de febrero y permanecerá así hasta el 20 de marzo.

El vallado consiste en 87 vallas bajas, que estarán reforzadas con sacos de arena para evitar cualquier tipo de desplazamiento. Esta acción es parte de un esfuerzo más amplio para proteger los monumentos de la ciudad, dado el gran número de visitantes que se espera durante las festividades.

Pero la Llotja no será la única estructura que reciba protección especial. Este año, el Ayuntamiento ha decidido ampliar la lista de monumentos bajo resguardo. Así, entre el 7 y el 20 de marzo, se protegerán también la Iglesia de los Santos Juanes y las Covetes de Sant Joan, así como las puertas de las Torres de Serranos y las Torres de Quart.

Además, el acceso a la Galería del Tossal y la Torre de San Bartolomé, situada en la calle Serrans junto a la plaza de Manises, también serán objeto de medidas de seguridad.

Las Fallas, una fiesta que combina arte, cultura y tradición, atrae cada año a miles de turistas que vienen a disfrutar de la explosión de color y creatividad que caracteriza a esta celebración.

Sin embargo, el aumento en la afluencia de público ha llevado a las autoridades a tomar precauciones adicionales para evitar actos vandálicos y preservar la integridad de los monumentos históricos de la ciudad.

Históricamente, las Fallas han sido un momento de gran fervor popular, desde sus orígenes en el siglo XVIII, cuando los carpinteros quemaban sus trastos viejos para celebrar la llegada de la primavera.

Con el paso del tiempo, esta práctica se transformó en la creación de enormes figuras artísticas que son expuestas en las calles de València.

En este contexto, la protección de la Llotja y otros monumentos no solo es una medida de seguridad, sino también un homenaje a la rica herencia cultural que representa la ciudad.

La iniciativa del Ayuntamiento refleja su compromiso con la preservación del patrimonio, asegurando que tanto los residentes como los visitantes puedan disfrutar de estas obras maestras sin temor a daños.

Así, los preparativos para las Fallas de 2025 están en marcha, y València se prepara para recibir a sus visitantes con los brazos abiertos, pero también con la firme determinación de proteger lo que es suyo.

La combinación de cultura, arte y tradición se mantiene intacta, mientras se asegura que las joyas arquitectónicas de la ciudad permanezcan a salvo durante esta festividad icónica.

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