El presidente Trump supuestamente busca asumir el control del Museo del Memorial del 11 de septiembre, mientras que se mantienen recortes en fondos destinados a la salud de sobrevivientes y bomberos, generando un intenso debate en la ciudad.

Esta noticia llega apenas unos meses después de que su administración redujera significativamente los fondos destinados al Programa de Salud del World Trade Center, que atiende a sobrevivientes, rescatistas y primeros respondedores que enfrentaron las secuelas del ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001.
Supuestamente, esta decisión ha sido vista por muchos como una falta de respeto hacia las familias afectadas y la comunidad que ha luchado por mantener viva la memoria de los eventos.
El Museo del 11-S, inaugurado en 2014, es considerado un símbolo de resiliencia y un recordatorio de la importancia de recordar para evitar que similares tragedias vuelvan a ocurrir.
La institución es propiedad de la Comisión Conmemorativa del 11 de Septiembre, y su gestión siempre ha estado en manos de la comunidad y las familias de las víctimas.
Según expertos en #política y patrimonio cultural, la intención de #Trump de asumir el control del #museo podría estar motivada por un interés en la gestión de fondos públicos relacionados con la memoria del 11-S.
Sin embargo, la comunidad local y las familias de las víctimas han expresado que consideran que el museo y el memorial son patrimonio de todos los neoyorquinos y que, por lo tanto, deben ser administrados con respeto y sin interferencias políticas.
El Memorial del 11-S y el Museo han sido un símbolo de unidad y memoria colectiva en Nueva York
Históricamente, el Memorial del 11-S y el Museo han sido un símbolo de unidad y memoria colectiva en Nueva York. Desde su apertura, millones de visitantes han acudido a recordar y honrar a quienes perdieron la vida aquella jornada. La gestión del museo ha sido un tema delicado, ya que combina aspectos culturales, históricos y emocionales. La posibilidad de que una administración federal intente controlar este espacio ha generado reacciones de rechazo y preocupación.
Supuestamente, algunos analistas consideran que estas acciones pueden tener ramificaciones políticas, ya que se perciben como un intento de manipular la narrativa de aquel día para fines políticos.
Por su parte, las autoridades locales han reiterado que el Memorial y el Museo son parte del legado de la ciudad y que deben mantenerse bajo control local, asegurando que la memoria de las víctimas no sea utilizada con fines políticos.
En conclusión, la propuesta de Trump de tomar control del Museo del 11-S ha avivado un #debate sobre el respeto hacia la historia y las víctimas, así como sobre quién debe gestionar estos espacios de memoria.
Mientras tanto, las familias y la comunidad siguen luchando para que estos sitios sigan siendo un símbolo de recuerdo y resistencia, y no se conviertan en herramientas políticas.