Las autoridades de Nueva Escocia anuncian la apertura de tres zonas para la exploración de uranio, generando preocupaciones en las comunidades por la falta de información y el impacto ambiental.

En un anuncio reciente, el gobierno de Nueva Escocia informó que permitirá la exploración de uranio en tres áreas específicas de la provincia, marcando una vuelta a las actividades mineras de este metal en la región, práctica que no se realizaba desde hace casi 45 años.
La decisión ha suscitado inquietudes en las comunidades locales, ya que muchos de sus integrantes no tienen suficiente conocimiento sobre los riesgos y beneficios asociados con la exploración y posible extracción de uranio.
Las áreas designadas para la exploración en esta ocasión se encuentran cerca de las localidades de Louisville en el condado de Pictou, East Dalhousie en Annapolis y Millet Brook en Hants.
La provincia busca atraer propuestas para estudios de exploración, con fecha límite para las solicitudes establecida para el 11 de junio de 2025. En caso de que alguna propuesta sea aceptada, la autoridad provincial anunciará el 7 de julio la empresa seleccionada y emitirá la próxima licencia para proceder con los trabajos.
Este cambio en la política minera llega después de décadas en las que Nueva Escocia mantuvo un bloqueo total a la extracción de uranio. La moratoria fue establecida en 1981 y posteriormente, se impuso una prohibición completa en 2009. Sin embargo, en marzo de 2025, el gobierno actual autorizó la exploración, motivado en parte por la necesidad de diversificación económica y para hacer frente a las amenazas de tarifas comerciales, especialmente en EE.
UU., que podrían afectar otros recursos tradicionales.
El alcalde Ronald Baillie, que representa el área de Louisville, admitió su falta de conocimientos sobre la materia, pero manifestó que consideraría la actividad si se demuestra que puede realizarse sin riesgos para el entorno o la salud de los residentes.
Por su parte, Robert Parker, responsable del condado de Pictou, confesó sentirse sorprendido por la noticia, ya que no tenía información previa y reconoció la importancia de recopilar datos para entender los posibles impactos.
En Hants, la situación refleja preocupación, especialmente en Millet Brook, donde en el pasado se llevó a cabo exploración de uranio en los años que precedieron a la moratoria.
La concejala Kayla Leary-Pinch expresó que la comunidad se encuentra en alerta, sobre todo en relación con la posible contaminación del agua, ya que muchas viviendas en la zona dependen de pozos particulares.
La residente añadió que, aunque apoyan el desarrollo económico, es fundamental garantizar la seguridad y la protección del medio ambiente.
El debate público sobre la posibilidad de reactivar la minería de uranio en la provincia se remonta a las décadas anteriores, cuando se llevaron a cabo consultas y reuniones públicas en todo el territorio, incluyendo una en Halifax en 1981.
La historia de la extracción minera en Nueva Escocia es compleja, marcada por controversias y debates sobre los riesgos ambientales y la salud de las comunidades.
Las autoridades provinciales aseguran que, inicialmente, no tienen la intención de avanzar sin un proceso adecuado y que toda exploración será sometida a rigurosos análisis para garantizar que se minimicen los impactos.
Sin embargo, los líderes locales demandan mayor transparencia y mejores mecanismos informativos para que las comunidades puedan tomar decisiones conscientes respecto a esta nueva etapa en la exploración de recursos naturales.
Especialistas en medio ambiente advierten que el uranio puede representar riesgos significativos si no es manejado correctamente, incluyendo la posible contaminación de acuíferos y riesgos para la salud de las personas expuestas a vapores o residuos radioactivos.
Por ello, el gobierno de Nueva Escocia enfrenta la tarea de equilibrar el interés económico con la protección de su entorno natural y la seguridad de sus habitantes, en un contexto donde la historia minera de la región aún genera debates y preocupaciones.\n