La tecnológica india TCS enfrenta una investigación por parte de la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo de EE.UU. por acusaciones de despidos injustos basados en raza, edad y origen. La compañía niega las acusaciones y destaca su historial como empleador inclusivo.

Imagen relacionada de tcs investigacion EEUU despidos discriminatorios

La reconocida empresa de servicios de tecnología Tata Consultancy Services (TCS), con sede en la India y una plantilla que supera los 600,000 empleados en todo el mundo, se encuentra actualmente en el centro de una investigación llevada a cabo por la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo de Estados Unidos (EEOC).

La investigación empezó en torno a finales de 2023 y apunta a acusaciones de despidos que, supuestamente, habrían sido realizados de manera discriminatoria, afectando principalmente a empleados estadounidenses de diferentes orígenes raciales, edades y nacionalidades.

Según informes de Bloomberg, la investigación fue iniciada tras varias quejas presentadas por empleados que alegan haber sido seleccionados para despidos sin justificación válida, en particular aquellos mayores de 40 años y de comunidades no asiáticas.

Curiosamente, empleados indios que trabajan en EE.UU con visas H-1B, consideradas de alta especialización, no habrían sido afectados por estos despidos, lo que añade un matiz a la controversia.

No es la primera vez que TCS enfrenta acusaciones de este tipo. En años anteriores, la compañía ha tenido que defenderse ante diferentes instancias internacionales por prácticas laborales en otros países, reflejando la complejidad de gestionar una plantilla global en un sector altamente competitivo y regulado.

La investigación se remonta a la administración del expresidente Donald Trump, y continuó durante la presidencia de Joe Biden, según informan fuentes internas y entrevistas con allegados al proceso.

La EEOC, que se rige por leyes federales de protección laboral, ha declarado que no puede hacer comentarios específicos sobre casos en curso, argumentando la confidencialidad de las investigaciones.

Por su parte, TCS ha salido al paso en varias ocasiones. Un portavoz de la compañía afirmó que las acusaciones de discriminación son infundadas y que la empresa mantiene un sólido compromiso con la igualdad de oportunidades.

La firma ha resaltado su historia como un empleador que promueve la diversidad y la inclusión en todos sus mercados, incluyendo Estados Unidos.

En los resultados financieros del cuarto trimestre, TCS reportó una caída del 1.68% en sus beneficios, alcanzando unos beneficios netos de aproximadamente 2,8 mil millones de euros, y anunció un dividendo final de unos 350 euros por acción para el año fiscal 2025.

La compañía también planea contratar a 42,000 nuevos aprendices en el próximo ejercicio fiscal y promover a 110,000 empleados, aunque ha retrasado algunas mejoras salariales que estaban previstas.

Adicionalmente, en Reino Unido, tres exempleados de TCS presentaron denuncias ante un tribunal laboral, alegando que su despido fue injusto y discriminatorio.

Uno de los demandantes, Steve Beer, explicó que su salida fue injusta y motivada por prejuicios, a lo que la compañía negó rotundamente dichas acusaciones.

Este escándalo pone en evidencia los desafíos que enfrentan las empresas multinacionales en la gestión de sus recursos humanos en diferentes jurisdicciones, especialmente en un entorno donde las legislaciones laborales y las percepciones sociales varían significativamente.

En un contexto global, la lucha por la igualdad y la justicia en el trabajo sigue siendo un tema prioritario para organizaciones, reguladores y empleados por igual, y casos como el de TCS resaltan la importancia de implementar políticas inclusivas y transparentes.