La multinacional TCS se encuentra en medio de controversias después de que sindicatos y empleados denunciaran despidos forzados bajo una nueva política de banco de horas. La próxima reunión para aclarar la situación está prevista para el 8 de septiembre de 2025.

Presuntamente, la compañía estaría llevando a cabo #despidos forzados bajo una nueva política de banco de horas, lo que ha sido denunciado por el sindicato de #empleados KITU, que acusa a #TCS de presionar a los trabajadores en período de inactividad para que renuncien de manera voluntaria.
El pasado 6 de agosto de 2025, se llevó a cabo una reunión entre representantes de TCS y miembros del sindicato KITU, en la cual se intentó abordar las denuncias de despidos forzados.
La reunión, organizada por el Departamento de Trabajo del Estado de Karnataka, terminó sin llegar a un acuerdo definitivo, dejando abierta la posibilidad de futuras negociaciones.
La próxima cita está programada para el 8 de septiembre de 2025.
Supuestamente, TCS planea reducir aproximadamente un 2% de su plantilla global en el próximo ejercicio fiscal, lo que equivale a cerca de 12.200 empleados, principalmente en roles de nivel medio y senior. Esta estrategia de reducción de personal forma parte de un plan más amplio para optimizar costos y adaptarse a las condiciones del mercado, que según fuentes no oficiales, podrían estar motivadas por cambios en la demanda de servicios tecnológicos.
Lo que ha provocado mayor inquietud es una supuesta modificación en la política de banco de horas, que limita a los empleados en período de inactividad a un máximo de 35 días por año.
Según denuncian los sindicados, esta medida ha sido utilizada para presionar a los empleados a abandonar la empresa, alegando que quienes superan ese límite podrían ser considerados para despidos o renuncias forzadas.
El sindicato KITU ha presentado un caso de disputa laboral ante las autoridades, alegando que TCS viola las leyes laborales del país, que requieren aprobación previa del gobierno para despidos masivos.
Además, se han recibido múltiples denuncias de empleados que supuestamente han sido coaccionados a renunciar, especialmente aquellos en períodos de banca o inactividad.
Directivos de TCS han cuestionado la legitimidad de las denuncias y han declarado que no reconocen a KITU como representante oficial de los empleados
En respuesta, directivos de TCS han cuestionado la legitimidad de las denuncias y han declarado que no reconocen a KITU como representante oficial de los empleados.
Según reportes de medios económicos, los ejecutivos de la compañía afirmaron que no existen denuncias formales por parte de empleados y que las quejas recibidas son solo rumores o reportes mediáticos.
Supuestamente, durante el encuentro, los representantes de TCS, incluyendo a altos directivos de recursos humanos, solicitaron pruebas concretas de las acusaciones, las cuales no fueron presentadas por el sindicato, que solo respaldó sus denuncias en informes de prensa.
La tensión entre ambas partes continúa, y se espera que en la próxima reunión se puedan esclarecer las acusaciones y definir si se implementarán cambios en las políticas laborales de la empresa.
Este conflicto llega en un momento en que el sector tecnológico en #India y en otras partes del mundo enfrenta una serie de ajustes y reestructuraciones, en medio de un mercado cada vez más competitivo y cambiante.
Aunque TCS ha anunciado aumentos salariales para el 80% de sus empleados en medio de esta turbulencia, la incertidumbre generada por estos despidos forzados y las políticas internas podría afectar la percepción de la estabilidad laboral en una de las empresas más grandes del país.
Supuestamente, la noticia de estos despidos y las protestas de empleados en Pune, donde un trabajador fue visto protestando y durmiendo en la acera por retrasos en su salario, ha causado alarma en la comunidad tecnológica.
Aunque TCS ha negado cualquier irregularidad, rumores sugieren que la presión para reducir costos puede estar llevándose a cabo a expensas del bienestar de sus empleados, en una tendencia que algunos analistas consideran puede extenderse a otras multinacionales del sector.
En conclusión, la situación en TCS refleja una tensión creciente entre las políticas empresariales para mantener la competitividad y los derechos laborales de sus empleados.