Un equipo de investigadores de la Universidad de New Brunswick está desarrollando un sistema de identificación basado en el caminar de las personas. Utilizando baldosas sensibles a la presión, se captura y analiza la forma en que cada individuo camina con el objetivo de establecer un patrón único para cada persona. Esta tecnología tiene el potencial de convertirse en una alternativa más segura y privada a los métodos de autenticación biométrica actuales, como el reconocimiento facial y las huellas dactilares.
Las tecnologías de identificación y autenticación biométrica están constantemente evolucionando.
Los rostros, huellas dactilares y palmas de las manos son algunos de los métodos más comunes utilizados para garantizar la seguridad y el acceso a espacios restringidos.
Sin embargo, un equipo de investigadores de la Universidad de New Brunswick está explorando una nueva alternativa: utilizar los pies como una forma de identificación única.
El proyecto, liderado por Erik Scheme, director asociado del Instituto de Ingeniería Biomédica, consiste en utilizar baldosas sensibles a la presión para capturar y reconocer el caminar de las personas.
Cada individuo tiene un estilo de caminar único, determinado por varios factores como la longitud de zancada, el peso y la forma en que el pie se mueve de talón a dedo.
Esta información proporciona datos únicos sobre cada individuo y puede utilizarse para autenticar su identidad.
Para probar la tecnología, se han instalado dos filas de seis baldosas sensibles a la presión en un laboratorio de la Universidad de New Brunswick.
Los participantes caminan sobre estas baldosas y la tecnología registra y analiza su forma de caminar, estableciendo un patrón único para cada individuo.
Además, se están llevando a cabo pruebas en un entorno real en el Cyber Centre de Fredericton's Knowledge Park, donde los empleados caminan sobre las baldosas al ingresar al lugar de trabajo y luego utilizan otros métodos de autenticación, como el escaneo de tarjeta o la palma de la mano, para verificar su identidad.
¿Por qué utilizar esta tecnología en lugar de los métodos de identificación biométrica existentes, como el reconocimiento facial o las huellas dactilares? Según Erik Scheme, esto se debe a que siempre se están buscando alternativas más seguras y eficientes en el campo de la autenticación biométrica.
Además, esta tecnología tiene ventajas particulares en términos de privacidad y adaptabilidad a cambios graduales.
Mientras que otros métodos biométricos pueden tener limitaciones en casos de lesiones graves o cambios repentinos, como el envejecimiento, esta tecnología puede adaptarse a cambios más sutiles, como el cansancio o cambios en la forma de caminar debido al uso de calzado diferente.
Si bien esta tecnología se encuentra en una etapa inicial de desarrollo, los resultados hasta ahora han sido muy prometedores.
Erik Scheme ve un gran potencial en aplicaciones de atención médica a largo plazo, entornos donde se requiere el uso de equipos de protección personal o en lugares donde se valora la privacidad y la seguridad de los datos.
Aunque es demasiado pronto para determinar dónde se implementará esta tecnología, está claro que ofrece una alternativa interesante y prometedora en el campo de la identificación y autenticación.
En resumen, el futuro de la identificación y autenticación biométrica podría estar en nuestros pies.
La forma en que caminamos puede ser única y personal, y ahora esta característica puede utilizarse para garantizar nuestra seguridad y privacidad en entornos cada vez más digitales.
Hannah Rudderham es periodista de CBC New Brunswick y ha seguido de cerca este emocionante proyecto de investigación.
Para más información, puedes contactarla en hannah.rudderham@cbc.ca.