Una familia en Saskatchewan enfrenta dificultades tras tener que dejar su hogar debido a una infestación de murciélagos, sin recibir apoyo adecuado del gobierno.

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Una familia de Spiritwood, Saskatchewan, se ha visto forzada a abandonar su hogar después de enfrentar una severa infestación de murciélagos.

Rachelle y Kelly Swan, quienes adquirieron su vivienda hace dos años, decidieron entregarle las llaves al banco en mayo, cerrando así la puerta a la casa que, durante este tiempo, se había convertido en un nido de estos animales alados.

A pesar de que ahora residen en un hogar de alquiler proporcionado por el gobierno, el lugar se siente estrecho y poco satisfactorio para Rachelle, Kelly y sus tres hijos.

Con un solo baño para seis personas, la situación no es ideal, pero al menos están alejados del lugar que había sido el hogar de su familia por dos años.

El horror de los murciélagos resonaba constantemente en su hogar anterior, con chillidos agudos que perturbaban la tranquilidad.

Según Rachelle, su familia había intentado por todos los medios resolver el problema, contactando a exterminadores, funcionarios de conservación y compañías de techado, así como a varios ministerios, pero se sintieron completamente desamparados ante la falta de apoyo gubernamental.

"Básicamente perdimos todo", lamentó Rachelle.

La situación ha dejado a la familia con un crédito dañado, lo que podría impedirles comprar una casa nuevamente por hasta siete años y les ha dificultado financiar otras compras como un nuevo ordenador.

La familia, compuesta por cinco miembros, no solo enfrentó la angustia de dejar su hogar; también se encuentra en riesgo de rabia, ya que tuvieron que recibir un total de 47 inyecciones contra esta enfermedad.

Rachelle expresó su frustración al pensar que tuvieron que recurrir a esta drástica medida y sentir que no hubo alternativas.


Las reglas sobre la exclusión de murciélagos en Saskatchewan complican la situación.

Según la política de exclusión de murciélagos de la provincia, solo se puede llevar a cabo esta tarea bajo un permiso especial y durante los meses de mayo o septiembre.

Las familias deben asumir todos los costos asociados a estos procesos, lo que parece ser una carga adicional para los propietarios afectados.

Rachelle indicó que gastaron más de 5,000 Euros en sellar el techo de su hogar con silicona e instalar conos para murciélagos, que deberían permitir que los animales salgan pero no reingresen.

Sin embargo, esto resultó ineficaz, ya que encontraron murciélagos en situaciones inesperadas dentro de su hogar.

A pesar de sus esfuerzos por encontrar soluciones efectivas, la familia se sintió frustrada por la falta de acción de las autoridades locales.

En un momento, incluso buscó ayuda de políticos locales, incluyendo al premier Scott Moe, pero no obtuvieron respuestas útiles.

Para los Swan, el hecho de haber tenido que dejar su hogar representa no solo una pérdida material, sino también una desilusión con un sistema que no los protegió o ayudó.

La situación de esta familia destaca la dificultad que enfrentan muchos para lidiar con problemas de plagas, especialmente cuando las leyes en protección de la fauna local parecen interferir en su calidad de vida.

Como una nota irónica, Rachelle ahora siente que hubiera sido mejor no buscar ayuda gubernamental, instando a otros a considerar el mismo camino si enfrentan problemas similares.

Su historia es un recordatorio sombrío de cómo los problemas de plagas pueden afectar profundamente a las familias y la falta de apoyo adecuado puede agravar la situación.