Un informe de la Organización Mundial de la Salud revela que las altas temperaturas son la principal causa de muertes relacionadas con el clima en Europa, con un incremento significativo en las últimas dos décadas.

Las altas temperaturas se han convertido en un factor alarmante para la salud pública en Europa, según un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Durante el período de 2000 a 2019, se estima que más de 175,000 personas han perdido la vida anualmente a causa de olas de calor en la región europea, lo que representa un dramático aumento de los riesgos relacionados con el clima.

Este fenómeno no solo afecta a países de Europa, sino también a naciones de Asia Central como Kazajistán.

El director de la OMS para Europa, Hans Kluge, ha advertido que las temperaturas extremas están exacerbando condiciones de salud crónicas ya existentes, incluidas las enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cerebrovasculares, así como afecciones relacionadas con la salud mental y la diabetes.

Es particularmente preocupante el impacto de estas olas de calor sobre las personas mayores, que son más vulnerables y, en muchas ocasiones, viven solas.

A nivel global, se han registrado aproximadamente 489,000 muertes relacionadas con el calor cada año entre 2000 y 2019, lo que representa un aumento del 30% en comparativa con dos décadas anteriores.

La OMS señala que la región europea se ha visto afectada por un aumento de temperaturas que es el doble del promedio global, lo que ha hecho que Europa contribuya con el 36% de total de muertes relacionadas con el calor en el mundo.

Este incremento alarmante pone de manifiesto la necesidad urgente de desarrollar planes de acción para mitigar el impacto del calor en la salud pública.

Con respecto a los fenómenos climáticos recientes, un informe de 'World Weather Attribution' indica que, sin el cambio climático, las temperaturas en Europa del Este y el norte de África habrían sido 3.3 grados Celsius más frías en julio pasado.

Esta serie de olas de calor no solo está causando estragos en la salud pública, sino que también ha tenido un efecto devastador, como el reciente fallecimiento de al menos 21 personas en Marruecos debido a las altas temperaturas.

Ante esta situación, la OMS ha instado a los gobiernos de los países europeos a crear planes de acción para proteger la salud pública frente a las olas de calor, destacando la importancia de la concienciación y la educación sobre los riesgos y las recomendaciones de seguridad durante periodos de calor extremo.

Las prácticas recomendadas incluyen mantenerse alejado del calor durante las horas picos, evitando actividades extenuantes, no dejar a niños o mascotas en vehículos estacionados, y encontrar refugio en lugares frescos cuando sea necesario.

También se recomienda enfriar los hogares utilizando persianas y cortinas durante el día, así como mantener una buena hidratación con agua y evitar bebidas azucaradas, alcohólicas y cafeinadas.

Finalmente, es crucial que las comunidades verifiquen cómo están sus vecinos, especialmente los ancianos, para garantizar su bienestar durante estas condiciones extremas.

Mientras el cambio climático continúa siendo un tema candente a nivel global, la OMS se comprometió a proporcionar una referencia basada en evidencia para que los gobiernos nacionales y locales desarrollen o actualicen sus planes sobre cómo gestionar los riesgos asociados con las olas de calor.