Científicos de Manitoba colaboran con una comunidad indígena para desarrollar vegetales más nutritivos con el objetivo de combatir la diabetes, mientras enfrentan desafíos culturales relacionados con la alimentación.

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Un grupo de investigadores de la Universidad de Manitoba está trabajando en colaboración con una comunidad indígena del norte para desarrollar vegetales con características nutricionales mejoradas que puedan ayudar a combatir condiciones de salud como la diabetes.

Sin embargo, también deben superar el escepticismo de los residentes locales, que tienen reservas sobre el consumo de estos productos.

Stephanie R. Cook, gerente de operaciones de la granja inteligente de la Nación Cree Opaskwayak (OCN), comparte su experiencia con los nuevos cultivos.

La señora Cook se dio cuenta de que había un estigma en torno a los vegetales cultivados por tecnología avanzada, ya que muchos en la comunidad los consideran "comida artificial". Ella, que proviene de un contexto tradicional, admite que al principio tenía miedo de probar lo que se estaba produciendo en la granja.

Al final, se sorprendió por la frescura de los vegetales, afirmando que en el norte no suelen tener acceso a productos frescos a menos que provengan de huertos durante el verano.

La granja inteligente fue inaugurada en 2016 como un proyecto piloto para determinar si podían cultivar vegetales de manera más eficiente durante todo el año.

Las condiciones climáticas del norte de Manitoba, a 520 kilómetros al noroeste de Winnipeg, complican los cultivos convencionales, lo que hace que el transporte de verduras frescas sea costoso.

Así, la granja ofrece una alternativa sostenible y económica para la comunidad.

Casi la mitad de los adultos en la OCN sufren de diabetes tipo 2, según N. Glen Ross, director ejecutivo de la Autoridad de Salud de Opaskwayak.

Para hacer frente a este alarmante problema de salud, la OCN se asoció con el equipo liderado por Miyoung Suh en la Universidad de Manitoba, quienes han estado investigando condiciones de crecimiento y procesamiento que mejoran los valores nutricionales de los vegetales.


Actualmente, la granja cultiva repollo, brócoli y coles de Bruselas con el propósito de ahorro de la salud.

Estos vegetales están siendo alimentados a ratas diabéticas y obesas por la estudiante de doctorado Breanne Semenko, quien está investigando el impacto que tienen en la salud de los animales.

Sorprendentemente, los primeros resultados muestran que ciertos compuestos, como el beta caroteno, el potasio y el manganeso, están presentes en cantidades hasta 11 veces mayores que en productos que se encuentran comúnmente en supermercados.

Además, los investigadores trabajan no solo en el cultivo, sino también en desarrollar recetas que sean culturalmente relevantes para la población local, ya que el consumo de vegetales frescos no es habitual en la dieta de la comunidad, especialmente en invierno.

Han colaborado con colegas del Red River College para crear platos que incluyan los nuevos cultivos.

En una reciente celebración indígena en la OCN, ofrecieron muestras de chili de col rizada y pan de maíz, recibiendo comentarios positivos de los asistentes.

Los investigadores se muestran esperanzados de que esta iniciativa no solo será clave en la lucha contra la diabetes, sino que también abrirá puertas a futuras oportunidades económicas para la comunidad.

La creación de productos alimenticios que incorporen estos vegetales puede contribuir a la seguridad alimentaria en el norte y mejorar la calidad de vida en las comunidades indígenas.