Un nuevo estudio señala la presencia de retardantes de fuego en productos de plástico negro reciclado, lo que genera inquietud entre expertos sobre los riesgos para la salud.

Un reciente estudio ha encendido las alarmas sobre los plásticos de color negro reciclado, que son ampliamente utilizados en productos cotidianos como utensilios de cocina, bandejas de comida y juguetes para niños.

La investigación sugiere que este tipo de plástico puede contener compuestos dañinos que, al ser ingeridos, representan un riesgo potencial para la salud humana.

La investigación, publicada en la revista especializada Chemosphere, encontró que aproximadamente el 85% de los productos analizados, que incluían utensilios de cocina y envases para llevar, contenían retardantes de llama brominados (BFR), compuestos que se emplean para aumentar la resistencia de los plásticos, usualmente en productos electrónicos.

Esta alarmante conclusión ha llevado a los expertos a cuestionar la falta de regulación en la industria del reciclaje, ya que muchos de estos plásticos provienen de componentes electrónicos reciclados, tales como teléfonos móviles y computadoras antiguas.

Tizazu Mekonnen, profesor de ingeniería química en la Universidad de Waterloo, explicó que los utensilios de cocina que vemos a menudo están hechos de plásticos que no se diseñaron originalmente para estar en contacto con alimentos, lo que incrementa el riesgo de que se filtren compuestos dañinos en nuestras comidas.

Este mismo estudio estimó que el uso de utensilios contaminados podría resultar en una ingesta diaria de aproximadamente 34,700 nanogramos de decabromodifenil éter, un tipo de retardante de llama, lo que se aproxima a la dosis de referencia diaria de 42,000 nanogramos recomendada por la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. para un adulto promedio de 60 kg.

Los riesgos para la salud asociados con el uso de plásticos negros han sido motivo de preocupación por parte de médicos, quienes advierten que la exposición a estos productos puede contribuir a graves problemas de salud, como el cáncer y trastornos de fertilidad.

La doctora Sehjal Bhargava, una médica de familia en Ontario, indicó que la evidencia emergente sobre los efectos nocivos de estos compuestos es preocupante.

Además, los expertos señalaron que el riesgo aumenta cuando estos productos plásticos se calientan, como en el caso de los recipientes que se calientan en el microondas o los utensilios usados en estufas.

Los profesionales alertan que el problema no se limita solo a los utensilios de cocina, sino que se extiende a toda la cadena de suministro de productos plásticos reciclados.

A pesar de que en Canadá existen regulaciones para prohibir ciertos plásticos de un solo uso que contienen negro de carbón, la regulación no contempla los otros compuestos tóxicos que podrían encontrarse en los productos de plástico reciclado.

En comparación, la legislación europea ha implementado estrictas regulaciones sobre el uso de plásticos reciclados provenientes de productos electrónicos, limitando así el nivel de retardantes de fuego en materiales de consumo.

Esto llama la atención sobre la necesidad de que Canadá adopte un enfoque similar para proteger la salud pública.

Mientras tanto, los investigadores enfatizan la urgencia de desarrollar una legislación más sólida que limite o prohíba el uso de plásticos negros en productos relacionados con alimentos.

Es evidente que el reciclaje de plásticos representa un desafío considerable, no solo por la contaminación ambiental, sino también por las implicaciones para la salud humana.

La comunidad científica continúa pidiendo mayores esfuerzos y regulaciones para garantizar que los productos fabricados con plástico reciclado no representen un riesgo para la salud pública.