A new study suggests that roosters may have the ability to recognize themselves in the mirror, challenging the notion that they are not very intelligent.

Un estudio reciente realizado por un par de universidades en Alemania sugiere que los gallos pueden tener la capacidad de reconocerse a sí mismos en el espejo, desafiando la idea de que no son muy inteligentes.

Investigadores de la Universidad de Bonn y la Universidad Ruhr de Bochum desarrollaron un método no convencional para determinar la autoconciencia en los gallos.

El método tradicional consiste en poner una marca en la cabeza del animal y observar su reacción al cambio en su apariencia frente a un espejo.

Sin embargo, los investigadores descubrieron que el gallo no mostraba ninguna indicación de reconocerse a sí mismo en el espejo utilizando este método.

Así que el equipo decidió modificar la prueba.

Los gallos, cuando están solos, tienden a mantenerse quietos para no ser detectados por depredadores, pero emiten una llamada especial si hay peligro cerca y hay gallinas presentes.

Por lo tanto, los investigadores proyectaron la imagen de un pájaro depredador en el techo de una arena y colocaron un gallo en una pajarera y un espejo en la otra.

Si el gallo era consciente de sí mismo, no se molestaría en alertar a su imagen en el espejo.

En cambio, si reconocía el reflejo como otro pájaro, emitiría la llamada de alarma.

De las 174 pruebas realizadas, los gallos solo emitieron la llamada de alarma 25 veces.

Según Inga Tiemann, una de las investigadoras, esto indica que el gallo comprende que se trata de él mismo en el espejo en lugar de otro animal.

Los resultados sugieren que los gallos pueden tener autoconciencia, aunque se necesitan más pruebas para confirmar esta hipótesis.

Este estudio es importante, ya que la autoconciencia en los animales es un tema relevante en las discusiones sobre la protección y el bienestar animal.

Además, estas investigaciones nos permiten comprender la psicología animal y mejorar su bienestar en interacciones humanas.

Los resultados también desafían la idea de que solo los humanos poseen autoconciencia y demuestran que este rasgo puede extenderse a especies más alejadas evolutivamente, como los gallos.

En definitiva, este estudio nos hace replantearnos la idea de que somos más intelectualmente especiales de lo que pensamos.