Los jueces respaldan la decisión que afecta a los pescadores comerciales mientras se busca distribuir mejor la riqueza del sector entre las comunidades indígenas.
La Corte de Apelaciones de Nueva Escocia ha confirmado una decisión que afecta profundamente a los grupos comerciales que se dedican a la pesca de angulas en las Marítimas canadienses.
En un fallo que retoma el veredicto de un tribunal inferior, tres jueces concluyeron que el ministro federal de Pesca actuó con "amplia discreción" al transferir, en 2022, un porcentaje de las cuotas de pesca a las Primeras Naciones sin ofrecer compensación a los titulares de licencias.
Este veredicto se produce en un contexto de creciente tensión en la industria pesquera, en la que los precios de las angulas han alcanzado picos impactantes, elevándose hasta 5.000 euros (aproximadamente 5.400 dólares canadienses) por kilogramo en 2022, impulsados por la demanda del mercado asiático.
Las angulas, conocidas como elvers, son altamente valoradas y se exportan vivas para ser cultivadas en instalaciones de acuicultura.
Los pescadores comerciales han expresado su frustración por la decisión del gobierno.
Tien Nguyen, un destacado empresario en el sector de la pesca de angulas, compartió su descontento al decir que "parece que, después de construir un negocio arduamente, el gobierno decide simplemente despojarte de tus derechos". En su opinión, la situación es semejante a que le robaran su plan de pensiones y se lo dieran a sus vecinos.
La crisis en la pesca de angulas ha desencadenado no solo la controversia legal, sino también un aumento de la violencia y el furtivismo, especialmente en los ríos de Nueva Escocia y Nuevo Brunswick, donde se practica la pesca nocturna.
Este verano, la temporada de pesca se canceló antes de su inicio, afectando gravemente a la comunidad pesquera.
El contexto histórico también es relevante, ya que desde 2022, los ministros federales han intentado manejar las cuotas de manera que reconozcan los derechos de pesca de las comunidades indígenas.
En junio de ese año, el exministro de Pesca, Joyce Murray, decidió transferir el 14% de las cuotas de ocho titulares de licencias a grupos indígenas, lo que ha desencadenado aún más tensiones y protestas dentro de la industria.
A medida que el Departamento de Pesca y Océanos (DFO) considera una posible transferencia del 50% de la captura total anual de 9.960 kilogramos a las Primeras Naciones, no hay duda de que este tema se convertirá en un punto de debate en los próximos meses.
La DFO ha indicado que está buscando opiniones de pescadores con licencia y grupos indígenas sobre la regulación futura de la pesca de angulas.
Nguyen y su esposa, Anh, quienes emigraron de Vietnam en los años 70, han argumentado que las decisiones del gobierno les hacen sentir como si vivieran en un régimen comunista donde la propiedad privada ya no existe.
A pesar de los retos, la pareja ha trabajado arduamente durante más de 20 años para establecer un negocio exitoso de pesca de angulas.
"Hemos contribuido significativamente a la comunidad a través de nuestra pesca, y todavía estamos esperando un reconocimiento por parte del gobierno", expresó Anh Nguyen.
Este caso no solo es un reflejo de las complejidades de la gestión pesquera en Canadá, sino también una llamada a la justicia para que se consideren las voces de todos los involucrados en la industria, incluyendo a aquellos que luchan por su sustento en las difíciles aguas del Atlántico canadiense.