Científicos han identificado una nueva especie de depredador antiguo, el Bastetodon, que habitó los bosques de Egipto hace 30 millones de años, con características sorprendentes y una dieta posiblemente feroz.

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Un nuevo hallazgo paleontológico ha dado a conocer al Bastetodon, una especie de depredador que vivió en Egipto hace aproximadamente 30 millones de años.

Este fascinante animal, de la talla de un leopardo, tenía el cuerpo similar al de un perro y la cara de un gato, con mandíbulas tan poderosas que podrían haber aplastado los huesos de un elefante.

Los investigadores, liderados por Shorouq Al-Ashqar de la Universidad de Mansoura y la Universidad Americana de El Cairo, descubrieron un cráneo excepcionalmente bien conservado durante una expedición en 2020 en la depresión de Fayum, un sitio arqueológico en el desierto occidental de Egipto.

Durante días, los científicos removían cuidadosamente capas de roca hasta que el investigador Belal Salem, en ese momento parte del equipo, encontró un conjunto de grandes dientes que sobresalían del suelo.

Su creciente emoción marcó el inicio de un descubrimiento significativo para la paleontología.

Al observar el cráneo, Al-Ashqar quedó impresionada por su estado de conservación, casi intacto, salvo unas pocas grietas. "Era como si hubiera muerto ayer", comentó. El equipo se percató de que pertenecía a un orden extinto de mamíferos conocido como hyaenodonta, que existió mucho antes que los gatos, perros y hienas modernos.

La estructura dental del Bastetodon, que recuerda a la de los felinos, llevó a los científicos a nombrarlo en honor a Bastet, la diosa egipcia con cabeza de gato, símbolo de la protección y la salud.

Este descubrimiento destaca la rica historia paleontológica de Egipto, que ha dado a luz a otras especies significativas como el Sekhmetops, también hyaenodonta, conocido desde hace más de 120 años.

El Bastetodon era un carnívoro formidable, y aunque pesaba aproximadamente 27 kilogramos, sus dientes afilados y su fuerza lo convertían en un depredador temido.

Al-Ashqar sugiere que su dieta podría haber incluido primates, hipopótamos tempranos y elefantes, todos ellos presentes en el registro fósil de la época.

Esto podría implicar que el Bastetodon tenía un papel crucial en la cadena alimenticia y en el ecosistema de su tiempo.

No obstante, la historia del hyaenodonta es también una de extinción. Al-Ashqar menciona que las teorías sobre su desaparición abarcan desde cambios climáticos que disminuirían la vegetación y, en consecuencia, la disponibilidad de presas, hasta la competencia con los ancestros de los gatos, perros y hienas modernos, quienes llegaron a África tras movimientos tectónicos que moldearon los continentes.

Explorar fósiles en regiones como Fayum proporciona a los científicos una ventana a la forma en que los animales de antaño se adaptaron o no a cambios drásticos en su entorno.

Comprender estas adaptaciones ayuda a identificar lecciones sobre cómo las especies, incluida la humanidad, podrían responder a los actuales desafíos ecológicos.

En palabras de Al-Ashqar, "cuando estudiamos el impacto de los cambios climáticos y las presiones ecológicas en los animales del pasado, podemos imaginar lo que podría acontecer en nuestro ecosistema o en nosotros mismos como seres humanos".