El virus Oropouche, transmitido por pequeños insectos, está en aumento en Brasil y Cuba, lo que plantea preocupaciones sobre su impacto en la salud pública, especialmente en mujeres embarazadas.

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El Oropouche, un virus emergente que se transmite a través de picaduras de pequeños insectos conocidos como "midges" o "no-see-ums", ha mostrado un aumento alarmante de casos recientes en Brasil y Cuba, lo que ha llevado a las autoridades de salud pública a emitir advertencias sobre su propagación.

Esta tendencia es particularmente preocupante para los viajeros canadienses que visitan estas regiones, ya que se han reportado 21 casos de enfermedad por el virus Oropouche entre viajeros retornando de Cuba hasta el 16 de agosto.

Aunque la mayoría de los afectados se recuperaron sin necesidad de tratamiento hospitalario, tres pacientes requirieron atención médica.

El virus generalmente se propaga a través de la picadura de ciertas especies de insectos, que no se encuentran en Canadá, pero cuyo potencial para infectar a los viajeros que regresan es una preocupación constante.

Este aumento en los casos ha sido inusualmente alto, con la aparición de infecciones en áreas de Brasil, Bolivia y Cuba donde el virus no se había detectado previamente.

Descubierto por primera vez en 1955 en Trinidad, el virus toma su nombre de una aldea y humedales cercanos y ha sido referido en ocasiones como "fiebre de perezoso", debido a sus primeros informes en muestras de sangre de estos animales en Brasil.

En términos de salud pública, el Oropouche ha demostrado ser menos conocido que otros virus transmitidos por insectos, pero su aparición está generando un creciente interés y preocupación.

Los síntomas del virus son similares a los de otras enfermedades tropicales, y pueden incluir fiebre repentina, dolor de cabeza resistiendo los tratamientos comunes, y dolores musculares y articulares.

Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), alrededor del 60% de las personas infectadas pueden experimentar síntomas, y un porcentaje menor, uno de cada veinte, puede enfrentar complicaciones severas como hemorragias e inflamaciones cerebrales, que pueden resultar en meningitis o encefalitis.

Hay especial preocupación sobre el impacto del Oropouche en las mujeres embarazadas; se han registrado cinco casos en gestantes en Brasil durante 2023, con algunas evidencias de transmisión al feto, resultando en complicaciones graves como la muerte fetal y anomalías congénitas.

Las autoridades aconsejan a las mujeres embarazadas que consulten con sus proveedores de salud antes de viajar a zonas afectadas.

Dada la falta de vacunas y tratamientos específicos disponibles para el virus Oropouche, las recomendaciones giran en torno a la prevención, incluyendo el uso constante de repelentes aprobados, vestir ropa protectora de colores claros, y utilizar mosquiteros al dormir.

De este modo, se busca reducir el riesgo de contagio durante los viajes a zonas rizomáticas.

El aumento de la temperatura y la humedad han favorecido la proliferación de los insectos que transmiten el virus, y es fundamental que tanto Canadá como EE. UU. fortalezcan la vigilancia y capacidad de respuesta ante esta enfermedad emergente.

Las autoridades sanitarias han mejorado los planes de monitoreo y detección para contener la propagación de Oropouche y proteger así la salud pública.