El astronauta retirado Chris Hadfield asegura que los retrasos en las misiones lunares de Artemis no son motivo de preocupación.

Los retrasos en las misiones lunares de la NASA son una parte normal y esperada del proceso, según el astronauta retirado Chris Hadfield.

La agencia anunció que pospondrá dos misiones próximas debido a problemas técnicos con su nave espacial que podrían representar un peligro para la tripulación.

Artemis II, la primera misión tripulada a la luna en medio siglo, estaba programada para noviembre de este año, pero ha sido aplazada a septiembre de 2025. El astronauta de la Agencia Espacial Canadiense, Jeremy Hansen, es el especialista de la misión.

Por su parte, Artemis III, que busca enviar humanos al polo sur lunar, será pospuesta de 2025 a 2026.

Hadfield, quien ha realizado tres misiones espaciales y también se desempeñó como comandante de la Estación Espacial Internacional, afirma que estos retrasos son parte normal y esperada de los viajes espaciales.

En cuanto a los problemas de seguridad y técnicos citados por la NASA para estos retrasos, Hadfield considera que es necesario hacer las cosas bien.

Se realizó una misión de prueba hace un año sin tripulación a bordo y se aprendieron muchas cosas.

De acuerdo con sus declaraciones, el lanzamiento no es como un vuelo comercial, donde hay una fecha y hora determinada para despegar.

Se lanzarán tan pronto como se considere lo suficientemente seguro y con una buena probabilidad de éxito.

Hadfield también señala que es normal que haya problemas con la electrónica y el sistema de soporte vital de una nave espacial, ya que todo lo que sale mal en una nave espacial está relacionado con mantener con vida a los astronautas.

Asegura que es importante solucionar los problemas antes de abandonar la Tierra para aumentar las posibilidades de éxito.

Además, considera que un lanzamiento perfecto sería sospechoso y destaca la importancia de identificar y resolver problemas antes de confiar una misión con tripulación a una nave espacial lo más saludable posible.

En cuanto a los sentimientos de Jeremy Hansen y su tripulación, Hadfield considera que no deben sentirse aliviados ni decepcionados por los retrasos, ya que son una parte normal del proceso.

Aunque la fecha de lanzamiento puede cambiar, establecer un objetivo ayuda a que todos trabajen en la misma dirección.

Hadfield afirma que ninguno de sus lanzamientos espaciales se realizó puntualmente, pero todos tuvieron éxito gracias al proceso de preparación y solución de problemas que se lleva a cabo actualmente.

En cuanto a la urgencia que se impregnaba en los líderes estadounidenses anteriores para llevar astronautas de nuevo a la luna, Hadfield opina que siempre habrá complejidades y factores externos en los proyectos espaciales.

Sin embargo, considera que es importante enfocarse en lo que se puede controlar y asegurarse de hacer bien su parte.

Hadfield también defiende la importancia de la colaboración entre el gobierno y la industria privada en la exploración espacial.

Aunque reconoce el papel fundamental de las empresas privadas en la construcción de la tecnología espacial, sostiene que el impulso de la humanidad y la comprensión del universo requieren de un esfuerzo colectivo financiado tanto por los gobiernos como por el sector privado.

En resumen, Chris Hadfield afirma que los retrasos en las misiones lunares de la NASA no son motivo de preocupación, ya que son parte normal del proceso de preparación y solución de problemas.

Considera importante resolver los inconvenientes técnicos antes de lanzar una nave espacial tripulada y destaca la importancia de la colaboración entre el gobierno y la industria privada en la exploración espacial.