Científicos en Outaouais monitorean la población de murciélagos, que ha disminuido drásticamente debido a una enfermedad fúngica mortal conocida como síndrome de la nariz blanca, y se esfuerzan por preservar esta especie en peligro.
En la región de Outaouais, ubicada en el suroeste de Canadá, los científicos han intensificado sus esfuerzos para monitorear a los murciélagos locales, cuya población ha sufrido un alarmante descenso a causa de una enfermedad fúngica devastadora.
Esta afección, conocida como síndrome de la nariz blanca, ha tenido un impacto significativo en las colonias de murciélagos de Norteamérica, incluido Quebec.
El síndrome, provocado por un hongo llamado Pseudogymnoascus destructans, fue identificado por primera vez en esta región en el año 2010, en la cueva Laflèche en Val-de-Monts.
Se caracteriza por la formación de un hongo blanquecino en la nariz de los murciélagos, afectando su piel y provocando otros problemas físicos.
Esto les causa deshidratación y la necesidad de despertarse con frecuencia durante el invierno, lo que resulta en un consumo excesivo de energía almacenada, vital para su supervivencia en este periodo.
Desde que se identificó el síndrome, se estima que entre el 90% y el 95% de las colonias de algunos murciélagos han desaparecido, siendo el murciélago pequeño (Myotis lucifugus) uno de los más afectados, clasificado como especie en peligro en Canadá.
Las autoridades y los investigadores, como Olivier Cameron Trudel del Ministerio del Ambiente de Quebec, están realizando censos en minas, cuevas y otros refugios de hibernación para evaluar el estado actual de las poblaciones de murciélagos.
En sus estudios recientes, han encontrado algunas evidencias preliminares que sugieren un ligero aumento en las cifras de murciélagos en determinados lugares de Outaouais, aunque Trudel advierte que es temprano para celebrar un éxito definitivo en sus esfuerzos de conservación.
A pesar de estas indicaciones optimistas, se estima que el proceso de recuperación completa de las poblaciones de murciélagos podría tomar varias décadas.
Hasta mayo de 2024, se estima que más de cinco millones de murciélagos han muerto en Quebec a causa del síndrome de la nariz blanca.
La situación es alarmante, ya que la disminución de murciélagos puede tener repercusiones en el equilibrio de los ecosistemas, pues estos animales son predadores naturales de insectos.
James Pagé, especialista en especies en riesgo de la Federación Canadiense de Vida Silvestre, subraya la importancia de los murciélagos como controladores de poblaciones de insectos, indicando que su pérdida podría llevar a un descontrol en plagas que afectan cultivos y la salud pública.
Además de las investigaciones en Outaouais, la Comisión de la Capital Nacional también está llevando a cabo un proyecto de monitoreo en el Parque Gatineau, buscando áreas de reunión y hibernación, mientras que la Federación Canadiense de Vida Silvestre busca formas de proteger a los murciélagos sobrevivientes de la pérdida de hábitat.
A pesar de que no existe una cura para esta enfermedad, Trudel ha instado a los ciudadanos a tomar medidas de precaución para ayudar a proteger a los murciélagos, incluyendo protocolos de desinfección rigurosos durante las visitas a cuevas.
También es esencial pensar en la conservación de estos animales en nuestros hogares, por ejemplo, sugiriendo instalar cajas para murciélagos que ofrezcan refugio seguro.
Conservar a los murciélagos no solo ayuda a la biodiversidad local, sino que también mantiene el equilibrio ecológico, beneficiando a los cultivos y minimizando la plaga de insectos.