Investigadores utilizan imágenes satelitales para evaluar el estado ecológico del río St. Marys, un hábitat vital en Nueva Escocia.
Un satélite orbitando a gran altura sobre la Tierra está proporcionando a los investigadores información valiosa sobre la salud del río St.
Marys en Nueva Escocia, que actúa como un hábitat crucial para especies en peligro de extinción y es muy apreciado por pescadores, navegantes y observadores de aves.
El estudio, llevado a cabo por el Departamento de Pesquerías y Océanos (DFO) de Canadá, ha utilizado imágenes satelitales de la misión Sentinel-2 de la Agencia Espacial Europea para identificar las zonas donde las iniciativas de conservación han tenido éxito.
Esta es la primera vez que los investigadores del DFO emplean un satélite que ofrece imágenes de tal calidad que permiten determinar si los cambios ambientales son causados por fenómenos naturales o por la actividad humana.
"Hemos utilizado imágenes de alta calidad que capturan cambios a pequeña escala mejor que otros satélites a nivel nacional", indicó Caelin Murray, biólogo acuático y principal investigador del estudio.
El análisis revela que el área de la cuenca del río St.
Marys está "relativamente intacta", con un 75% sin alteraciones debido a actividades humanas o desastres naturales.
En la porción restante del 25%, que ha sido perturbada en gran medida por la tala histórica y prácticas agrícolas, la regeneración es muy limitada.
Los investigadores prestaron especial atención a la franja de tierra que corre a lo largo del borde del río, conocida como zona ribereña, debido a su importancia tanto para especies terrestres como acuáticas.
"El vegetación en esta zona proporciona sombra, filtra el agua de productos químicos y sirve de refugio para otras especies", explicó Aimee Gromack, bióloga senior del DFO y miembro del equipo de investigación.
El estudio mostró que el 19% de la zona ribereña estaba perturbada, y de esta, solo el 9% presenta signos de regeneración.
Esto es preocupante, ya que la vegetación ribereña es esencial para el ecosistema, afectando a especies como el salmón atlántico, que es muy sensible a las temperaturas elevadas.
Los investigadores eligieron el río St.
Marys para este estudio principalmente porque presenta "muy poco impacto humano" en comparación con otras cuencas, lo que permite una mejor comprensión de las estrategias de conservación efectivas en la región.
Las imágenes del Sentinel-2 son dos veces más claras que las proporcionadas por el satélite Landsat 9 de la NASA, y el europeo ofrece datos más actualizados al regresar al mismo sitio cada cinco días, a diferencia de los 16 días de Landsat 9.
Jaimee Morozoff, directora de conservación de la Nova Scotia Land Trust, destacó que el estudio del DFO ayudará a la organización a evaluar sus estrategias de conservación.
La organización ya ha protegido aproximadamente 902 hectáreas de terreno en el río St.
Marys, y Morozoff expresó su deseo de que esta investigación impulse estudios similares en áreas que no están tan bien preservadas.
Gromack coincidió en que este tipo de análisis podría guiar esfuerzos de protección más allá del río St.
Marys durante muchos años.
"Este análisis podría llevarse a cabo en otras cuencas para identificar oportunidades de conservación y pensar en opciones adecuadas", concluyó Gromack.
El río St.
Marys, que recorre aproximadamente 250 kilómetros en el condado de Guysborough, es uno de los sistemas fluviales más largos de Nueva Escocia, y su salud es crucial tanto para la biodiversidad local como para las actividades recreativas que muchos disfrutan en su entorno.