Los negociadores de 177 países se reúnen en Corea del Sur para discutir un tratado internacional que busque erradicar los residuos plásticos para 2040, pero las diferencias persisten.
En el marco de las últimas negociaciones sobre el tratado internacional para erradicar los residuos plásticos, los delegados de 177 países se encuentran en Busan, Corea del Sur, tratando de alcanzar un consenso antes de que concluyan las conversaciones este fin de semana.
Las discusiones se centran en la creación de un acuerdo legalmente vinculante que tenga como objetivo reducir la producción de plásticos a niveles sostenibles para el año 2040. Este trabajo resulta crucial, dado que las estimaciones indican que cada año se desechan más de 350 millones de toneladas de plásticos a nivel mundial, de las cuales menos del diez por ciento se recicla y más de una quinta parte termina contaminando el medio ambiente.
Canadá ha jugado un papel fundamental en la organización de estas negociaciones, habiendo previamente albergado la última ronda de conversaciones en Ottawa en abril de este año.
A pesar de los esfuerzos, los negociadores han enfrentado dificultades significativas, resaltando las divisiones existentes entre aquellos países que desean establecer compromisos firmes y aquellos que proponen medidas voluntarias con un alcance más limitado.
Según los funcionarios canadienses, el objetivo en estos días finales es encontrar un punto en común con las naciones que no muestran apertura hacia un acuerdo legal.
La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático de Canadá, Steven Guilbeault, ha subrayado que, aunque no se oponen a un límite en la producción de plásticos, lograr un consenso puede ser complicado.
A pesar de estos retos, el miércoles, Canadá firmó una resolución con otros 100 países, comprometiéndose a continuar las discusiones sobre un objetivo global que busque reducir la producción de plásticos.
"Este es un avance significativo en una ronda de negociaciones que ha sido, en muchos aspectos, frustrante y lenta", comentó Karen Wirsig, gerente de programas de plásticos en la organización Environmental Defence.
La crisis del plástico es un problema que afecta a todos, y Canadá no es la excepción.
En 2020, el país produjo más de 7.1 millones de toneladas de plásticos, y solo un cinco por ciento de este material fue reciclado.
Casi cinco millones de toneladas se convirtieron en residuos, con menos del 10 por ciento recuperado mediante el reciclaje.
Estos plásticos, aunque pueden descomponerse hasta niveles microscópicos, nunca se disuelven completamente, representando un daño potencial para el suelo y fuentes de agua.
Investigaciones recientes revelaron la presencia de microplásticos en 16 tipos diferentes de proteínas, incluidos productos del mar, carne de res, cerdo, pollo y alternativas vegetales.
En este contexto, los'activistas y científicos instan a que se alcance un acuerdo eficaz que permita enfrentar este desafío global de manera conjunta.
La protección del medio ambiente y la salud pública están en juego, y el resultado de estas negociaciones podría tener un impacto significativo no solo en los países participantes, sino en todo el planeta.
A medida que las discusiones avanzan, se espera que los países logren dejar de lado sus diferencias y trabajen juntos para establecer un marco que aborde de manera sostenible el problema de la contaminación por plásticos.