Los incendios forestales en el Parque Nacional Jasper están oscureciendo el glaciar Athabasca, acelerando su derretimiento y poniendo en riesgo los recursos hídricos en Alberta.
Los glaciares de Alberta, conocidos por su belleza natural, enfrentan ahora una amenaza significativa debido al oscurecimiento de su superficie por la ceniza y el hollín de los recientes incendios forestales en el Parque Nacional Jasper.
Los científicos advierten que este fenómeno no solo acelerará el derretimiento de los glaciares, sino que también representa un riesgo grave para los recursos hídricos y la generación de energía hidroeléctrica en la región.
Según un estudio realizado por un equipo liderado por John Pomeroy, hidrólogo de la Universidad de Saskatchewan, el glaciar Athabasca, uno de los más emblemáticos de Alberta, ha perdido aproximadamente tres metros de grosor desde el pasado septiembre.
Este año, la situación se complica aún más, ya que se estima que el glaciar ha experimentado un derretimiento récord de casi 9 metros.
La ceniza que proviene de los incendios oscurece la superficie del glaciar, lo que provoca que absorba más radiación solar.
A medida que la superficie se oscurece, la tasa de derretimiento se incrementa, convirtiendo el glaciar en lo que Pomeroy describe como un "espiral de muerte". Esto representa una preocupación concreta dado que el agua proveniente del glaciar alimenta el río Athabasca, que tiene más de 1,600 kilómetros de longitud y es vital para las comunidades de Alberta y Saskatchewan.
Los incendios en la región no son un fenómeno nuevo, pero su frecuencia y severidad han aumentado con el cambio climático.
Desde 2000, la temperatura promedio en Canadá ha aumentado, lo que también ha contribuido a la disminución de las precipitaciones en forma de nieve.
Esta nevada es crucial, ya que ayuda a reflejar la radiación solar, en contraposición a la superficie oscura de hielo que, al ser expuesta, no solo se derrite más rápidamente, sino que podría resultar en un suministro de agua cada vez más escaso.
Los resultados de estudios recientes sugieren que la acumulación de hollín en las superficies glaciares podría incrementar la tasa de deshielo en un 10%, lo que podría tener efectos devastadores en la infraestructura hidroeléctrica de la zona.
La presa Bighorn, la más importante de Alberta, podría enfrentar serios problemas de escasez de agua en los veranos futuros, a medida que la pérdida de glaciares se vuelva más pronunciada.
Además de la ceniza de los incendios forestales, los glaciares también están siendo perjudicados por la acumulación de polvo y suciedad de otras fuentes, incluidas emisiones de combustibles cercanas.
Estos efectos combinados están dando lugar a preocupaciones sobre la viabilidad a largo plazo de los glaciares de Alberta, que son un atractivo turístico y un componente clave del ecosistema regional.
Mientras los científicos continúan sus estudios, la historia del glaciar Athabasca refleja un patrón alarmante que podría repetirse en otros glaciares de la región.
Con cada año que pasa, se hace evidente que el cambio climático no es solo una teoría, sino una realidad que está afectando a los ecosistemas de manera tangible.
La urgencia de la situación exige no solo atención, sino acciones inmediatas para mitigar los efectos del cambio climático y proteger estos frágiles entornos naturales.