La doctora Joanna Harper, investigadora canadiense especializada en el impacto de la terapia hormonal en atletas transgénero, ha tenido que reiniciar su trabajo en Canadá tras la cancelación de fondos en Estados Unidos, en un contexto de crecientes restricciones sociales y políticas hacia las comunidades trans.

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Harper, que comenzó su interés en este campo en 2004 tras iniciar su propia transición, había dedicado casi veinte años a analizar cómo los cambios hormonales afectan la capacidad física y el rendimiento de las personas transgénero en el ámbito deportivo.

Originalmente, Harper desarrolló un estudio en Portland, Oregón, sobre los niveles de rendimiento físico en jóvenes trans antes y después de recibir bloqueadores de pubertad o terapia hormonal.

La investigación, que tenía una duración prevista de cinco años, se vio truncada en sólo 18 meses debido a las restricciones y la creciente hostilidad hacia los derechos de las personas trans en Estados Unidos.

Desde la elección presidencial de Donald Trump en 2016, la situación se tornó más compleja, con varias órdenes ejecutivas que limitaban los derechos de las personas trans, incluyendo aquellas que reconocen únicamente dos géneros en documentos oficiales y que prohibían la participación de atletas biológicamente masculinos en competencias femeninas.

Estas políticas movilizaron también financiaciones públicas y privadas, y Harper denuncia que, aunque la financiación de su proyecto provenía en parte de Nike y otros organismos, la presión #política contribuyó a la pérdida de fondos sin que hubiera una intervención directa en su investigación.

Frente a esta situación, Harper regresó a Canadá, donde actualmente trabaja como profesora adjunta en la Universidad de Western en London, Ontario.

Su regreso simboliza la fuga de talentos científicos que, ante las dificultades en EE. UU., buscan estabilidad y apoyo en su país de origen.

La académica destaca que en Estados Unidos

La académica destaca que en Estados Unidos, muchas investigaciones sobre temas trans se han detenido o no se han podido iniciar por la incertidumbre y las restricciones: "Muchos científicos perdieron sus posiciones o financiamiento, y esto representa un retroceso en avances importantes que podrían beneficiar a la comunidad trans".

En Canadá, en contraste, las instituciones educativas están promoviendo políticas para atraer talentos extranjeros y sostener proyectos de investigación.

La Universidad Western, en particular, ha lanzado programas específicos para apoyar a estudiantes postdoctorales vinculados a universidades estadounidenses, con financiaciones de hasta 160,000 euros por ciclo de cuatro años.

Harper planea comenzar una nueva fase de #investigación centrada en la interacción entre los cambios hormonales y el rendimiento físico de los atletas trans, trabajando en colaboración con deportistas locales.

Aunque aún debe definir todos los detalles y conseguir financiamiento, expresa su compromiso por seguir contribuyendo a la #ciencia en este campo.

Su experiencia refleja cómo las políticas y las decisiones políticas pueden afectar el progreso científico y los derechos humanos. Además, revela el papel clave que juega #Canadá en la protección y promoción de la ciencia y los derechos de las comunidades vulnerables, ofreciendo un refugio para investigadores desplazados por el cambio en las políticas en Estados Unidos.

Este caso también invita a reflexionar sobre el impacto de las decisiones políticas en la investigación científica y el avance en áreas sensibles y fundamentales como los derechos reproductivos, la igualdad en el deporte y la salud pública.

La historia de Harper ejemplifica cómo la ciencia puede seguir adelante cuando los investigadores tienen un entorno de apoyo y estabilidad, elementos que, en el contexto actual, parecen estar en mayor riesgo en EE.