La multinacional de semiconductores Intel planea reducir su plantilla en aproximadamente 4,500 puestos en Estados Unidos, en una estrategia para fortalecer su posición frente a la creciente competencia en el sector tecnológico. La medida afecta principalmente a empleados en California, Oregon, Arizona y Texas, y forma parte de una serie de cambios bajo la dirección de su nuevo CEO, Lip-Bu Tan.

Presuntamente, cerca de 4,500 empleados serán afectados en diferentes estados, incluyendo California, Oregon, Arizona y Texas. Esta decisión forma parte de una estrategia de reestructuración y ahorro de costos que la firma ha iniciado bajo la dirección de su nuevo CEO, Lip-Bu Tan, quien asumió el cargo en 2024 con el objetivo de revitalizar la compañía frente a un mercado cada vez más competitivo.
Supuestamente, Intel, que en sus épocas doradas fue pionera en la fabricación de procesadores para ordenadores personales, ha visto cómo su dominio ha sido desplazado en los últimos años por empresas como AMD, NVIDIA y ARM, que han logrado introducir tecnologías más avanzadas y asequibles.
La llegada del auge de la inteligencia artificial, supuestamente, ha favorecido a estos competidores, dejando a #Intel en una posición de desventaja.
Desde hace décadas, Intel ha sido considerada una de las empresas más influyentes en la historia de la tecnología. Fundada en 1968 en Santa Clara, California, la firma supuestamente fue responsable de muchas innovaciones que marcaron el desarrollo de la informática moderna.
Sin embargo, en los últimos años, la compañía ha enfrentado múltiples desafíos, incluyendo retrasos en el lanzamiento de nuevas generaciones de chips y una caída en su cuota de mercado.
El proceso de despidos, que se espera sea progresivo, ha sido comunicado a los empleados mediante correos electrónicos internos en los que la empresa afirma que busca simplificar sus operaciones y convertirse en una organización más ágil y eficiente.
Las supuestas cifras de #despidos también serían significativas
Según informes, las reducciones en California, donde se concentran varias de sus principales plantas de producción y oficinas de investigación, podrían afectar a cerca de 1.935 empleados, según los registros de WARN (Worker Adjustment and Retraining Notification) que la compañía presentó. En otros estados, como Arizona y Texas, las supuestas cifras de despidos también serían significativas, alcanzando aproximadamente 1.500 empleados en total.
Supuestamente, esta estrategia de reestructuración responde a la necesidad de reducir costos operativos en un entorno de mercado altamente competitivo y en rápida evolución.
Además, se espera que Intel invierta en nuevas áreas tecnológicas, como la fabricación de chips para inteligencia artificial y sistemas de alta eficiencia energética, para recuperar su liderazgo.
Para contextualizar, en 2023 Intel anunció la pérdida de cerca de 10.000 empleos en todo el mundo en un proceso parecido, en línea con otros gigantes tecnológicos que han optado por reducir su plantilla para adaptarse a la transformación digital que está viviendo la industria.
La historia de Intel, que en los años 80 y 90 dominó el mercado con su procesador Pentium, ahora se enfrenta a un panorama donde la innovación y la eficiencia son clave para sobrevivir.
En definitiva, estos despidos representan un golpe duro para el sector tecnológico estadounidense, que en los últimos años ha visto cómo muchas de sus empresas tradicionales se ven obligadas a adaptarse o desaparecer.
La reestructuración de Intel, aunque necesaria en palabras de su CEO, evidencia las dificultades que enfrentan las compañías en una era dominada por la innovación rápida y la competencia global.