Un nuevo grupo de defensa canadiense pide a los padres que retrasen la entrega de teléfonos inteligentes a sus hijos hasta la secundaria, citando preocupaciones sobre la salud mental.

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En un mundo donde la tecnología está presente en cada aspecto de nuestras vidas, surge una pregunta angustiante para muchos padres: ¿deberían sus hijos tener un smartphone? Esta cuestión es objeto de debate global, y algunos expertos y grupos de defensa afirman con firmeza que la respuesta debería ser negativa.

Jenna Poste, miembro del nuevo grupo de defensa canadiense 'Unplugged Canada', defiende que los padres deberían esperar hasta la secundaria para dar a sus hijos un teléfono inteligente.

En su hogar en Hammonds Plains, Nueva Escocia, Poste comentó: "Creo que todos lo sabíamos en el fondo de nuestro ser desde el principio. Debemos comenzar a replantear las normas sociales que han llevado a una infancia centrada en el uso de teléfonos inteligentes."

'Unplugged Canada' toma inspiración de movimientos similares como 'Wait Until 8th' en Estados Unidos y 'Smartphone Free Childhood' en Reino Unido.

Este colectivo insta a los padres de todo el país a comprometerse a retrasar la entrega de smartphones hasta que sus hijos estén en la escuela secundaria.

La preocupación subyacente es clara: los smartphones han demostrado estar relacionados con problemas de salud mental, incluida la depresión y pensamientos suicidas.

La facilidad de acceso a estos dispositivos es alarmante; un smartphone está siempre al alcance de la mano, lo que puede llevar a comportamientos compulsivos y adictivos, especialmente fomentados por plataformas de redes sociales.

Poste, quien posee más de dos décadas de experiencia en la industria tecnológica, observa la dualidad de la tecnología: "He visto lo positivo que la tecnología puede traer, pero también soy muy consciente de los daños que puede generar.

Los smartphones están alimentando una crisis de salud mental en nuestros jóvenes y les abren la puerta a contenidos perjudiciales."

Referenciando el libro 'The Anxious Generation' del psicólogo estadounidense Jonathan Haidt, Poste denuncia que la tecnología y las redes sociales han reprogramado los cerebros infantiles, lo que ha tenido un impacto severo en su salud mental.

Haidt argumenta que desde 2010, cuando los smartphones se hicieron comúnmente accesibles, se ha observado un incremento en los problemas de ansiedad y depresión en los menores de 18 años.

Esto sugiere que la salud mental de la generación más joven se encuentra en una situación alarmante, lo que Haidt califica como una de las mayores emergencias de salud pública que hemos enfrentado.

En este contexto, Haidt propone cuatro 'nuevas normas' que los padres y cuidadores deberían adoptar para fomentar una infancia más saludable: no permitir smartphones antes de la escuela secundaria, prohibir el uso de redes sociales hasta los 16 años, mantener escuelas libres de teléfonos y fomentar más independencia y juego libre en la vida real.

En otro punto de unión, Australia ha comenzado a implementar leyes que prohíben el uso de redes sociales para quienes tienen menos de 16 años, marcando un hito en la regulación del uso de tecnología.

En Canadá, varios distritos escolares, incluidos algunos en Nueva Escocia, han comenzado a restringir el uso de teléfonos en las aulas, exigiendo que los estudiantes los apaguen durante el día escolar.

Simon Sherry, profesor de psicología en la Universidad Dalhousie, también respalda la idea de retrasar el acceso a smartphones, aunque considera que el enfoque de 'The Anxious Generation' podría exagerar la situación.

Sherry reconoce que existe una larga lista de efectos negativos, pero también enfatiza que hay beneficios en el uso de tecnología si se supervisa adecuadamente.

"El teléfono celular a menudo es el inicio de un problema. Por lo tanto, necesitamos ser muy cautelosos," advierte.

Desde el lanzamiento de 'Unplugged Canada' en septiembre de 2024, más de mil personas han firmado el compromiso de evitar smartphones para sus hijos.

Poste reconoce que esta transición puede ser difícil, especialmente si un niño ya tiene acceso a uno, pero sugiere alternativas como teléfonos con funciones limitadas y fomentar el uso de computadoras familiares.

Este jueves, 'Unplugged Canada' organizará una sesión informativa gratuita para quienes deseen unirse a la conversación y construir un sentido de comunidad entre los padres interesados en este movimiento.