Las recientes lluvias torrenciales en países del Sudeste Asiático han causado una trágica pérdida de vidas humanas, con más de 1.000 fallecidos y numerosos desaparecidos en Indonesia, Sri Lanka y Tailandia. Los esfuerzos de recuperación y ayuda humanitaria continúan ante la dificultad de acceder a varias zonas afectadas.

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En Indonesia, unos 600.000 residentes se vieron desplazados por las #inundaciones en provincias como Sumatra del Norte, Sumatra Occidental y Aceh. La Agencia Nacional de Manejo de Desastres informó que al menos 604 personas han perdido la vida, mientras que otras 464 siguen en paradero desconocido.

Las condiciones de comunicación y tránsito en varias áreas permanecen severamente deterioradas, con caminos e infraestructuras dañadas, obligando a las autoridades a realizar entregas de ayuda mediante medios aéreos.

El presidente de Indonesia, Prabowo Subianto, visitó las zonas afectadas y prometió esfuerzos para reconstruir la infraestructura destruida. Además, hizo énfasis en la necesidad de tomar medidas concretas para afrontar el cambio climático, resaltando el rol fundamental de los gobiernos locales en la protección del medio ambiente y la preparación ante fenómenos meteorológicos extremos.

Prabowo señaló: “Debemos responder eficazmente al cambio climático, fortaleciendo las acciones locales”.

En Sri Lanka, las lluvias torrenciales han provocado deslizamientos de tierra y afectaciones en zonas rurales de la región montañosa central, especialmente en las áreas productoras de té.

Las autoridades informaron que aún buscan a unas 367 personas desaparecidas y que aproximadamente 218.000 residentes permanecen en refugios temporales tras las lluvias que provocaron severos daños en viviendas y carreteras. La cantidad de víctimas fatales en Sri Lanka llega a 366, con 218.000 personas desplazadas, quienes enfrentan condiciones precarias en medio de la incertidumbre.

Tailandia registró un saldo de 176 fallecidos por las inundaciones y deslizamientos

Tailandia registró un saldo de 176 fallecidos por las inundaciones y deslizamientos, y cerca de 3.9 millones de personas se vieron afectadas en el sur del país. Las autoridades tailandesas comenzaron a distribuir compensaciones económicas a las víctimas, con un primer pago de aproximadamente 9.300 euros (equivalente a 10,9 millones de bahts) destinado a 26.000 personas. Los equipos de rescate luchan por restablecer servicios básicos como agua potable y electricidad en las zonas más afectadas.

El gobierno de Tailandia y las autoridades locales insisten en que las tareas de ayuda continúan y que se intensifican los esfuerzos para llegar a los lugares más inaccesibles, donde las vías de comunicación aún están cortadas.

En Indonesia, Sri Lanka y Tailandia, el impacto se ha sentido particularmente en zonas de difícil acceso, lo que dificulta las tareas de ayuda humanitaria.

No obstante, estos eventos no son aislados: en las últimas décadas, el aumento en la intensidad y frecuencia de lluvias extremas ha sido atribuido al cambio climático, que también ha provocado sequías, incendios forestales e incremento de tormentas tropicales en distintas regiones del mundo.

La comunidad internacional sigue llamando a acciones coordinadas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y fortalecer las medidas de prevención ante estos fenómenos.

Las pérdidas humanas y materiales en estos países reflejan la gravedad del desafío que enfrenta la región asiática frente a un clima cada vez más impredecible.