La implementación de sensores de bajo costo podría ser la clave para abordar la grave contaminación en las ciudades más afectadas del mundo, según expertos. Estos dispositivos más asequibles podrían proporcionar información vital para mejorar las políticas de salud pública.
En numerosas partes del mundo, la falta de monitoreo de la calidad del aire dificulta la comprensión de las fuentes de contaminación.
Según expertos, la solución no tiene por qué ser costosa y puede llevar a una mejor política de salud pública.
En la megaciudad de Daca, Bangladesh, la calidad del aire en algunos días puede ser peligrosa.
Los niveles de PM2.5, partículas finas vinculadas a problemas cardíacos, pulmonares y cognitivos, a menudo superan los estándares de salud seguros.
Según Riaz Hossain Khan, científico asistente de la Universidad BRAC en Daca, durante la estación seca, empeora significativamente.
Mientras que las concentraciones diarias son preocupantes, la situación anual no es mejor.
Bangladesh encabezó recientes clasificaciones globales de IQAir con las concentraciones promedio anuales más altas de PM2.5. Los expertos afirman que se necesita no solo medidas de reducción de la contaminación, sino también herramientas de monitoreo más asequibles para determinar las causas del problema.
El monitoreo de la calidad del aire basado en tierra típicamente puede utilizar una variedad de métodos, incluyendo sensores ópticos.
Los sensores más económicos pueden tener un precio cercano a los 500 euros.
Estos dispositivos proporcionan una cobertura más amplia y ofrecen información útil a la población.
Los avances también se están logrando en la mejora de la precisión de los sensores.
La EPA ha desarrollado métodos para integrar los datos de los sensores de bajo costo con los de mayor costo.
En Daca, los investigadores han instalado docenas de sensores adicionales para comprender mejor la calidad del aire.
El uso de la tierra influye en la calidad del aire y los datos recopilados son valiosos para el desarrollo de políticas más efectivas.
Sin embargo, los desafíos urbanos en Daca complican la regulación de la contaminación del aire.
Aunque se han logrado algunos cambios positivos en la reducción de la contaminación del aire en ciertas áreas de Daca, aún se necesita un mayor esfuerzo para mejorar las políticas de salud pública en la ciudad.