El mes de septiembre se ha convertido en un mes para la historia, ya que ha sido el más caluroso jamás registrado, según un informe de la Agencia de Monitoreo Climático de la Unión Europea.

Las temperaturas medias registradas el pasado mes estuvieron 1.75 C por encima de la media preindustrial, lo que marca un nuevo récord alarmante.

Pero esto no es todo, ya que los científicos advierten que 2023 está en camino de convertirse en el año más caluroso registrado.

Según Samantha Burgess, subdirectora de los Servicios de Cambio Climático de Copernicus de la UE, "2023 ha sido un año muy anómalo.

Hemos tenido el junio más cálido, el julio más cálido y el agosto más cálido de la historia.

Pero septiembre ha superado realmente todos los récords anteriores que hemos visto en los últimos meses.

Cuando hablo con mis colegas de todo el mundo, nadie ha visto nunca datos de monitoreo climático como estos".

El informe revela que la temperatura del aire en septiembre estuvo 0.93 C por encima de la media de 1991-2020 para ese mes, superando el récord anterior establecido en 2020 por 0.5 C. Esto se produce solo una semana después de que el Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de Estados Unidos informara que la extensión mínima del hielo marino en el Ártico este año fue la quinta más baja registrada y que la extensión máxima del hielo marino en la Antártida fue la más baja.

Con tantos meses estableciendo récords, la temperatura media global acumulada hasta la fecha está 1.4 C por encima de la media preindustrial.

El calor ha sido sentido en todo el mundo este verano.

En Phoenix, Arizona, se vivieron 31 días consecutivos con temperaturas de 43.3 C o superiores, superando el récord anterior de 18 días establecido en 1974. Las temperaturas nocturnas no ofrecieron alivio, ya que muchas veces se mantuvieron por encima de los 32 C. En julio, un municipio en China alcanzó una temperatura récord de 52.2 C. Canadá tampoco se libró del clima cálido, viviendo el verano más caluroso en su historia.

A pesar de que las ciudades de Montreal, Ottawa y Toronto experimentaron temperaturas cercanas a la media durante gran parte del año, esto no ha sido así en las últimas semanas, ya que las temperaturas en esas mismas ciudades rozaron los 30 C, casi el doble del promedio para esta época del año.

Según los científicos, los últimos nueve años han sido los nueve más cálidos registrados, con 2016 como el año más cálido de la historia.

Esto a pesar de que el patrón climático del Fenómeno El Niño-Oscilación del Sur, que es un fenómeno natural recurrente en el Océano Pacífico, ha estado en una fase de enfriamiento conocida como La Niña durante tres años.

Actualmente, estamos experimentando condiciones de El Niño, un calentamiento cíclico de las temperaturas de la superficie del océano en la misma área del Pacífico.

Esta fase puede provocar un aumento de las temperaturas globales.

Aunque este El Niño comenzó en julio, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. pronostica que durará hasta el invierno y la primavera.

Debido a esto, se espera que 2024 sea aún más cálido que 2023.

A pesar de este panorama preocupante, los científicos señalan que no todo está perdido.

Según Michael E. Mann, un climatólogo experto en calentamiento global, "no hay evidencia de que estemos ante un calentamiento desbocado.

El calentamiento es constante y continuará mientras las emisiones de carbono continúen.

La buena noticia es que cuando las emisiones de carbono llegan a cero, el calentamiento de la superficie del planeta termina casi de inmediato, por lo que hay un impacto directo e inmediato de nuestros esfuerzos para descarbonizar nuestra economía".

Estos hallazgos recientes deberían ser el impulso para realizar cambios importantes antes de la Conferencia sobre el Cambio Climático (COP 28) de este año, según Burgess.

"La crisis climática está aquí, nos está afectando a todos en este momento y realmente necesitamos tomar medidas ambiciosas", afirmó.