Se espera que en las próximas semanas un fenómeno atmosférico conocido como vórtice polar vuelva a afectar Canadá, con ondas de frío intenso que podrían extenderse hacia Europa. Expertos advierten sobre posibles récords de temperaturas y cambios en los patrones climáticos habituales.

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Este evento, que en 2014 causó olas de frío que alcanzaron niveles inferiores a los -50 °C en algunas regiones y provocaron condiciones similares a las de Marte en términos de temperaturas, se mantiene como un elemento recurrente en los patrones climáticos invernales, aunque no siempre es visible desde el suelo.

El #vórtice polar se sitúa en la estratósfera, aproximadamente a unos 15 a 50 kilómetros de altura, en la parte superior de la atmósfera terrestre.

Cuando permanece estable, mantiene un equilibrio que evita su desplazamiento hacia latitudes más bajas. Sin embargo, en episodios de inestabilidad, que suelen ocurrir cada dos años aproximadamente, puede debilitarse, desplazarse y expandirse hacia regiones inferiores, generando frentes fríos extremos que afectan tanto a #Canadá como a Europa.

Según los estudios, uno de los desencadenantes principales de estas perturbaciones es un fenómeno llamado calentamiento estratosférico súbito, donde una repentina subida de temperaturas en la estratósfera genera cambios en la circulación atmosférica.

Estas alteraciones pueden debilitar el vórtice y hacer que ondas de aire frío descendientes lleguen a latitudes inferiores, aumentando el riesgo de olas de frío prolongadas.

Los científicos advierten que el efecto de estos eventos puede estar agravado por el cambio climático, que, entre otras cosas, modifica los patrones de la circulación atmosférica global.

De hecho, algunos investigadores sugieren que la frecuencia e intensidad de estos vórtices polares podría incrementarse en el futuro, prolongando las temporadas de frío extremo.

Para el hemisferio norte, la próxima llegada de un vórtice polar significa temperaturas mucho más frías en Canadá, especialmente en las regiones occidentales y centro-sur, donde las temperaturas podrían caer a valores de entre -40 a -50 °C, equivalentes a aproximadamente -40 a -58 °F.

La situación no solo afectará Canadá

La situación no solo afectará Canadá; también los modelos climáticos indican que estas masas de aire frío podrían desplazarse hacia Europa, causando inviernos aún más severos en países como Alemania, Francia y el Reino Unido.

Expertos en climatología señalan que se están observando cambios en la duración y en la intensidad de estos eventos en los últimos años. En años previos, eventos similares han generado una serie de olas de frío que no solo afectaron la vida cotidiana, sino también la agricultura y la infraestructura.

En 2014, las temperaturas en Toronto descendieron a niveles comparables a los de Marte, situándose alrededor de -45 °C (-49 °F). Ese episodio fue uno de los más severos en la historia reciente y sirvió como advertencia sobre la potencial gravedad de estos fenómenos.

Además, algunos científicos creen que estos patrones están directamente relacionados con las alteraciones provocadas por el #cambio climático global.

La acumulación de gases de efecto invernadero ha provocado anomalías en la circulación atmosférica, lo cual podría aumentar la frecuencia y severidad de los vórtices polares.

Por lo tanto, tanto en Canadá como en Europa, la población debería prepararse para una posible intensificación de las olas de frío en los próximos meses, con temperaturas que podrían alcanzar registros históricos.

La comunidad científica continúa investigando estos eventos con la esperanza de comprender mejor su comportamiento y desarrollar predicciones más precisas que permitan mitigar sus efectos en la sociedad y en la economía.

En conclusión, el regreso del vórtice polar no es solo una noticia meteorológica pasajera, sino un indicador de cómo los cambios en el #clima global están influyendo en los patrones atmosféricos.