Científicos de la Universidad de Dalhousie han aislado una nueva bacteria que podría revolucionar nuestro entendimiento del ciclo del nitrógeno en los océanos.
Un pequeño microbio ha sido descubierto en la cuenca de Bedford, ubicado en Nova Scotia, y ha sido nombrado en honor a Halifax: T. haligoni.
Este organismo pertenece a la categoría de los diazótrofos, que son bacterias capaces de fijar el nitrógeno, un elemento crucial para la vida.
Este hallazgo fue documentado recientemente en un artículo de la revista especializada Journal of Science Advances, en una investigación liderada por Sonja Rose, candidata a doctorado en fisiología microbiana y biogeoquímica marítima de la Universidad de Dalhousie.
El nitrógeno es un nutriente esencial para todos los seres vivos, y comprender cómo los diazótrofos lo hacen disponible para otros organismos es un terreno de estudio relativamente nuevo en la ciencia.
En una entrevista, Rose explicó que existen dos tipos de nitrógeno: el nitrógeno biológicamente disponible y el nitrógeno biológicamente no disponible.
Los primeros son aquellos que plantas y animales, incluyendo a los humanos, pueden absorber y utilizar.
Los segundos, sin embargo, solo pueden ser aprovechados por un grupo selecto de bacterias como T. haligoni.
Rose describió a estos microbios como "fertilizantes del mar", ya que tienen la capacidad de tomar nitrógeno que no está disponible biológicamente y convertirlo en una forma que pueda ser utilizada por otros organismos marinos.
Este descubrimiento es notable porque T. haligoni es uno de los pocos diazótrofos que se han aislado en la cuenca de Bedford y, además, uno de los cinco tipos cultivados a nivel mundial, de los cuales solo T. haligoni tiene distribución global.
Este hallazgo no solo proporciona nueva información sobre la biología marina, sino que también tiene implicaciones significativas en la comprensión de los ciclos biogeoquímicos y del cambio climático.
Rose enfatizó que la investigación de estos microbios es esencial para mejorar los modelos científicos que intentan cuantificar cuánto nitrógeno libera esta bacteria al océano, y los resultados preliminares sugieren que puede ser una cantidad considerable.
El proceso de aislamiento de T. haligoni fue detallado por la investigadora, quien mencionó que recogieron agua de la cuenca y la sometieron a un clasificador celular, un aparato que usa láseres para seleccionar células individuales.
A continuación, colocaron estas células en una placa libre de nitrógeno para observar qué microorganismos crecían.
Este enfoque les permitió obtener el genoma completo de la bacteria, lo que brindará información valiosa sobre sus requerimientos alimenticios.
Además, hay una posibilidad interesante.
La bacteria podría ser capaz de degradar petróleo, lo que podría ser de gran utilidad en situaciones de derrames de petróleo, aunque esta capacidad aún no ha sido comprobada.
La investigación en diazótrofos es un campo emergente y emocionante que puede ayudar a otros científicos a comprender mejor las funciones de estas bacterias, especialmente en un momento en que los patrones climáticos están cambiando.
Este microbio no solo añade a la rica historia de la microbiología marina, sino que también subraya la importancia de preservar nuestros ecosistemas oceánicos.
Cada nuevo descubrimiento en este campo tiene el potencial de proporcionar información crítica para la conservación y la comprensión del cambio ambiental.
A medida que avanzan la investigación y el interés en estos microorganismos, se espera que surjan más descubrimientos que puedan ayudar a los científicos y responsables de políticas a abordar los desafíos ambientales futuros.