Un usuario compartió su experiencia con la función de voz de ChatGPT, denunciando una interrupción inesperada y un posible deterioro en la calidad del servicio por parte de OpenAI. La situación genera preocupación sobre las prácticas de la compañía y el trato hacia los suscriptores de pago.

Emanuele Dagostino, usuario de ChatGPT que paga por el servicio premium, relató una situación desconcertante mientras utilizaba la funcionalidad avanzada de voz, que tiene un costo aproximado de 25 euros mensuales.
Según su testimonio, durante una conversación informal sobre sushi, de repente una voz diferente tomó el control del diálogo, hablando en inglés y acompañada de música de fondo, describiendo una experiencia culinaria similar a un anuncio publicitario.
Dagostino, quien recientemente reinstaló la aplicación y aseguró que su conexión era estable, afirmó que lo ocurrido no fue un error técnico sino una intervención automatizada no autorizada.
“No fue un fallo. Se trató de una grabación automática, insertada en medio de una conversación de pago, sin mi consentimiento”, explicó. Este incidente no solo sorprendió al usuario, sino que también levantó sospechas sobre la integridad y la calidad del servicio ofrecido por OpenAI.
La queja del usuario refleja una problemática que ha ido en aumento en el sector tecnológico: las empresas priorizan los beneficios económicos y ofrecen un servicio de menor calidad a quienes pagan por sus suscripciones.
La situación recuerda casos históricos en los que las grandes corporaciones priorizan ganancias a costa de la experiencia del usuario, generando descontento y desconfianza.
Este incidente no es aislado, ya que otros usuarios también han reportado fallos y cambios en la funcionalidad del chatbot, especialmente en las versiones de pago.
La función de voz, que en teoría debería mejorar la interacción y ofrecer una experiencia más natural, parece estar presentando problemas técnicos y de control.
Además, algunos expertos señalan que la incorporación de anuncios y contenido automatizado puede estar afectando negativamente la percepción de la calidad del servicio.
El caso de Dagostino ha generado revuelo en redes sociales, con muchos usuarios expresando su preocupación por la falta de transparencia y la posible degradación de las funciones premium.
La comunidad digital exige respuestas claras por parte de OpenAI, que en los últimos años ha experimentado un crecimiento exponencial y una mayor presencia en la vida cotidiana de millones de personas.
Históricamente, la industria de la tecnología ha enfrentado críticas similares cuando las compañías priorizan la monetización a expensas de la experiencia del usuario.
Desde los tiempos de las primeras plataformas digitales, la relación entre calidad y rentabilidad ha sido un tema recurrente. En este contexto, la situación de ChatGPT plantea dudas sobre si las prácticas actuales reflejan una tendencia a poner los beneficios económicos por encima del compromiso con la calidad del servicio.
Mientras tanto, los usuarios esperan que OpenAI tome medidas para solucionar estos problemas y garantice una experiencia segura y confiable para todos, especialmente para quienes invierten en servicios de pago.
La confianza en la tecnología y en la transparencia de las empresas será clave para mantener la fidelidad y seguir innovando en un mercado cada vez más competitivo.
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