Una nueva embarcación canadiense inicia patrullas en el Océano Pacífico para combatir la pesca ilegal y proteger las poblaciones de salmones.

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Un nuevo barco de patrulla canadiense ha comenzado su misión en el Océano Pacífico, marcando un hito importante en la defensa de los recursos pesqueros.

En septiembre de 2024, el barco Sir Wilfred Laurier salió de Victoria con un equipo de oficiales de pesca y guardacostas, dirigiéndose hacia las remotas Islas Aleutianas, ubicadas aproximadamente a 22.200 kilómetros al norte.

Este ejercicio de vigilancia busca principalmente proteger las poblaciones de salmón que migran hacia aguas internacionales cercanas a Rusia y Alaska.

La embarcación fue equipada con tecnología moderna y la tripulación está compuesta por oficiales armados y personal de la Guardia Costera.

Este esfuerzo se deriva de la creciente preocupación por la pesca ilegal en alta mar, que se estima representa pérdidas económicas de entre 10 y 23 mil millones de euros anuales a nivel global.

Estudios previos han evidenciado cómo las flotas pesqueras industriales tienden a operar en áreas no supervisadas, poniendo en riesgo los ecosistemas marinos y los recursos pesqueros de Canadá.

Desde hace años, las autoridades canadienses han estado detrás respecto a sus contrapartes en el Atlántico, donde la supervisión de barcos extranjeros es una práctica común.

A partir de 2018, Canadá comenzó a implementar leyes que permiten la inspección de buques en el Pacífico, labor que antes solo se realizaba en el Atlántico.

La incorporación de la nueva patrullera es fundamental para elevar el nivel de supervisión y garantizar que se cumplan las normativas internacionales de pesca.

Además de la protección del salmón, el Sir Wilfred Laurier también tiene como objetivo desincentivar la pesca ilegal simplemente con su presencia.

Este efecto disuasorio es crucial, ya que las flotas ilegales a menudo se intranquilizan cuando son conscientes de la vigilancia activa en sus alrededores.


En su primera patrulla, el barco encontró varias irregularidades en las que se destacaron múltiples casos de pesca ilegal de tiburones.

El año pasado, se realizó la primera misión de alta mar que permitió abordar barcos extranjeros gracias al Acuerdo de Inspección del Pacífico.

La vigilancia y la recopilación de datos son esenciales para entender el impacto de la pesca industrial en las especies de salmón que regresan a las vías navegables de Canadá. Hasta la fecha, el DFO (Departamento de Pescas y Océanos de Canadá) ha abordado 15 embarcaciones extranjeras durante esta temporada, encontrando una notable variedad de infracciones que incluyen el uso de aletas de tiburón no reportadas.

Históricamente, los funcionarios canadienses se limitaban a las 200 millas náuticas de su zona económica exclusiva, mientras que la supervisión en aguas del Atlántico se ha realizado desde los años 70 con posteriores regulaciones para proteger las existencias de bacalao.

La nueva patrullera representa un cambio significativo en esta perspectiva y permite a Canadá tomar un papel proactivo en la vigilancia del Océano Pacífico.

Entonces, mientras el Sir Wilfred Laurier navega en este vasto océano donde solo unos pocos barcos patrullan, el propósito es claro: proteger un recurso vital para la economía canadiense y la biodiversidad del ecosistema.

A través de la cooperación internacional y el fortalecimiento de las leyes, se espera que esta iniciativa no solo mejore la regulación de la pesca, sino que también sirva como un llamado a otros países para contribuir a la vigilancia de las prácticas de pesca en aguas internacionales.

Junto con la modernización de su flota, Canadá busca liderar la lucha contra la pesca ilegal y asegurar un futuro sostenible para sus recursos marinos.