Canadá ha registrado la peor temporada de incendios forestales de la historia, según informaron funcionarios de incendios forestales el viernes.

Ya se han quemado aproximadamente 13,4 millones de hectáreas de tierra, y se espera que la actividad "más alta de lo normal" continúe durante todo el verano y el otoño.

Hasta ahora, se han reportado más de 5.500 incendios, una cifra significativamente mayor que el promedio de 2,2 millones de hectáreas quemadas en un año determinado.

Este número también supera fácilmente el récord anterior de 7,6 millones de hectáreas reportadas en 1989, y la temporada aún no ha terminado.

Se ha emitido una orden de evacuación para más de 700 propiedades en el municipio de Osoyoos después de que un incendio forestal sin control se extendiera desde el estado de Washington en Estados Unidos hasta Columbia Británica en Canadá.

El número de hectáreas quemadas es tan alto este año porque se ha reportado actividad de incendios prácticamente en todos los rincones del país.

Las llamas monumentales en Quebec y los incendios inusuales en Nueva Escocia han sido desafiantes para los recursos de lucha contra incendios del país.

Los incendios forestales también han sido devastadores para el medio ambiente, ya que ya han liberado mil millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, una cifra similar a las emisiones de toda la industria aérea global en un año.

A pesar de esta situación, los funcionarios aseguran que Canadá tiene el personal y los recursos necesarios para responder a los incendios.

El gobierno federal ha desplegado más de 10.000 bomberos, tanto nacionales como internacionales, para combatir los incendios en todo el país.

El ministro de Recursos Naturales, Jonathan Wilkinson, también anunció un nuevo programa para ayudar a los bomberos locales a lidiar con incendios en áreas urbanas.

Se destinarán fondos para mejorar la capacitación y las prácticas recomendadas de lucha contra incendios en áreas donde los incendios forestales están especialmente cerca de zonas habitadas.

Los funcionarios no pueden predecir cómo evolucionará la temporada de incendios forestales del próximo año, pero la tendencia ha sido hacia temporadas más largas y incendios más grandes y agresivos.

Aunque la situación es preocupante, se reconoce la necesidad de adaptarse a estos nuevos desafíos.