Un análisis del aumento de rayos secos y su relación con el incremento de incendios forestales en Alberta, derivado del cambio climático.

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El cambio climático está generando preocupación entre los expertos debido a su potencial para aumentar la frecuencia de los rayos y, por ende, los incendios forestales en Canadá. En particular, la provincia de Alberta, donde se encuentra el Parque Nacional Jasper, se enfrenta a un aumento de rayos secos que podrían desatar incendios devastadores.

Durante los últimos años, las temperaturas globales han experimentado un notable incremento.

Según un estudio de 2014 publicado en la revista Science, se espera que la cantidad de rayos aumente un 12% por cada grado de aumento en la temperatura global promedio.

En 2023, los científicos registraron el año más caluroso de la historia, con un aumento de 1.48 °C respecto a la era preindustrial.

Esto plantea serias preguntas sobre cómo el calentamiento global afectará a Alberta, ya complicada por las condiciones de sequía.

El profesor David Romps, coautor de algunos de estos estudios, explica que dos factores clave influyen en la cantidad de rayos en una región: la precipitación y la energía convectiva disponible en la atmósfera (CAPE, por sus siglas en inglés). Cuando el aire caliente asciende, puede generar nubes de tormenta, y el aumento de la CAPE podría resultar en un incremento en la actividad eléctrica atmosférica.

Se ha documentado que tormentas eléctricas en condiciones secas, conocidas como rayos secos, son responsables de un porcentaje significativo de los incendios forestales.

En California, por ejemplo, se ha observado que los rayos secos iniciaron la mitad de los incendios forestales en 2020. Con antecedentes como estos, surge la pregunta: ¿podría la reciente ola de incendios en Alberta ser un indicativo de lo que está por venir?

El área de Jasper ha visto un aumento en la actividad de rayos, y aunque Parks Canada no mide específicamente la cantidad de rayos en el parque, datos de Environment and Climate Change Canada indican que la ciudad de Hinton, adyacente al parque, registró un promedio de 40.2 días con rayos anualmente entre 1999 y 2018. Esta cantidad se asemeja al promedio de 46.9 días registrados en Edson, Alberta.


Durante los meses previos a un incendio reciente en Jasper, la región se encontraba en medio de una ola de calor y las condiciones eran extraordinariamente secas.

Prácticamente no se registró lluvia en las primeras tres semanas de julio, con menos de un milímetro comparado con la media habitual de 52 mm para ese mes.

Esto crea un ambiente propicio para que un rayo seco inicie un fuego.

Estudios recientes son alarmantes: el verano de 2023 representó la peor temporada de incendios registrados en Alberta.

En solo el mes de mayo, los rayos dieron inicio a 13 incendios, un número considerable en comparación con la media.

El profesor Dmitri Kalashnikov, que ha estudiado ampliamente el fenómeno de los rayos secos, sostiene que la combinación de condiciones secas con rayos incrementa significativamente el riesgo de incendios.

La situación en Jasper es indicativa de una tendencia mayor: la quema de grandes áreas de terreno no es solo un problema local, sino un síntoma del cambio climático.

De cara al futuro, entender las dinámicas del clima y cómo afectan a las condiciones en Alberta es crucial.

La combinación de temperaturas en aumento, sequía prolongada y una mayor actividad de rayos podría significar que los incendios forestales se vuelvan más comunes y severos en lo que parece ser un ciclo en espiral.

Los expertos alertan que las lecciones aprendidas de otras regiones afectadas por incendios podrían ser vitale para mitigar los efectos en Alberta y otras áreas vulnerables.