Los científicos climáticos analizan las inusuales temperaturas elevadas de los últimos dos años y la influencia de factores inesperados.

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En los últimos años, el calentamiento global ha alcanzado niveles tan altos que están sorprendiendo a científicos climatológicos de todo el mundo.

Según el Servicio de Cambio Climático Copernicus de la Unión Europea, el año pasado experimentamos un aumento de 1,48 °C en la temperatura media global en comparación con los promedios preindustriales de 1850 a 1900, superando el récord anterior de 1,25 °C establecido en 2020. Ahora, se estima que 2024 podría ser aún más caliente, alcanzando un incremento de 1,55 °C con respecto a esos niveles.

Esta nueva tendencia ha generado una creciente preocupación y confusión entre los expertos, quienes luchan por explicar las razones detrás de este fenómeno.

Más de 200 jurisdicciones bajo el Acuerdo de París buscan limitar el calentamiento por debajo de 2 °C en comparación con los niveles preindustriales, mientras que el ambicioso objetivo de 1,5 °C se proyecta cada vez más fuera de alcance.

Pese a que un año fuera de este límite no necesariamente indica un cambio a largo plazo, la tendencia general sigue siendo ascendente.

Especialmente preocupante fue 2023, ya que la región de Columbia Británica vio su peor temporada de incendios forestales, coincidiendo con el año más caluroso registrado hasta la fecha.

Recientemente, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de EE. UU. publicó que la temperatura global entre enero y octubre de este año se mantuvo 1,28 °C por encima de la media de 1901 a 2000, destacando que 2024 ya se considera casi seguro como el año más cálido registrado.

Este resultado ha desconcertado a los evaluadores del clima, quienes habían previsto solo un 32,58% de probabilidad de que este año estableciera un nuevo récord.

El fenómeno de El Niño, un calentamiento cíclico natural de zonas del Océano Pacífico, ha contribuido en parte a esta alza de temperaturas.

Sin embargo, los científicos ahora observan que el calor normalmente asociado con El Niño persiste más de lo esperado.


Zeke Hausfather, un investigador de Berkeley Earth, señala que ya han pasado 11 meses desde que alcanzamos el pico de El Niño y las temperaturas globales siguen registrándose a niveles excepcionalmente altos.

Entre los factores adicionales que pueden haber influido en este calentamiento se encuentran la actividad solar actualmente elevada, la reducción de dióxido de azufre —un contaminante que generalmente refleja la radiación solar— y la erupción del volcán Hunga Tonga-Hunga Ha'apai en 2022, que provocó una significativa liberación de vapor de agua en la atmósfera.

Sin embargo, Hausfather aclara que el aumento de temperaturas provocado por estos factores suele ser insignificante comparado con el efecto de los combustibles fósiles.

Por si fuera poco, los océanos han desempeñado un papel crucial en el aumento de temperaturas en 2023 y 2024, con áreas del Atlántico y el Océano Índico mostrando niveles récord de calor.

Ahira Sánchez-Lugo, científica del NOAA, esperaba ver un aumento en la temperatura global, pero no a estos niveles tan rápidamente.

La frustración ha crecido en la comunidad científica ante la dificultad para comprender y predecir estos fenómenos climáticos.

Gavin Schmidt, director del Instituto Goddard para Estudios Espaciales de NASA, ha destacado que la incapacidad para explicar mejor el calentamiento reciente se ha intensificado.

En una reunión programada, los científicos buscarán un consenso sobre el porqué de esta situación.

Con el calentamiento global acelerándose, la necesidad de redoblar esfuerzos para reducir las emisiones se vuelve más urgente.

La ciencia del clima es más compleja que nunca y los desafíos políticos, como las posturas adversas hacia el cambio climático, agravan la crisis existente.

Sin duda, los próximos años serán críticos para nuestras estrategias y respuestas al calentamiento global.