Un estudio reciente indica que la disminución drástica en la población de buitres en India ha resultado en un aumento significativo en las muertes humanas, destacando la importancia ecológica de estas aves.

Un nuevo estudio ha puesto de relieve el vínculo entre la disminución drástica de la población de buitres en India y un alarmante aumento en las muertes humanas.

Según la investigación, la falta de estos carroñeros ha conllevado a aproximadamente 500,000 fallecimientos en un periodo de cinco años a principios de la década del 2000 en el país.

Los buitres, a menudo menospreciados, desempeñan un papel fundamental en el mantenimiento de la salud pública al eliminar cadáveres de animales y prevenir la propagación de enfermedades.

Según Eyal Frank, un economista de la Universidad de Chicago y coautor del estudio, "ellos realizan una función muy importante en el medio ambiente que beneficia a la sociedad como un todo". Esto se debe a que, sin estos limpiadores naturales, las aguas se contaminan y las enfermedades proliferan, especialmente en áreas con ganadería.

Históricamente, India fue el hogar de decenas de millones de buitres, pero a mediados de la década de 1990, sus poblaciones comenzaron a declinar drásticamente.

Durante años, las razones detrás de este fenómeno fueron un misterio, hasta que en 2004 se reveló que la causa principal era la intoxicación por diclofenac, un analgésico no esteroideo muy utilizado en la ganadería.

Este medicamento, al que le expiró la patente en 1994, se convirtió en un problema cuando su uso se generalizó entre los ganaderos que buscaban mejorar la salud de sus animales.

Como resultado, los buitres, que se alimentan de los cadáveres de estos animales, comenzaron a fallecer por insuficiencia renal provocada por incluso pequeñas cantidades de la sustancia.

A pesar de que el diclofenac fue prohibido en la veterinaria en India en 2006, algunos ganaderos y veterinarios continúan utilizándolo o recurren a otros medicamentos igualmente tóxicos.

La investigación estima que entre 2000 y 2005, la pérdida de buitres causó un incremento de unas 100,000 muertes humanas por año, totalizando 500,000 decesos.

Este cálculo se realizó comparando las tasas de mortalidad antes y después del colapso de la población de buitres, encontrando que en áreas donde estos pájaros eran abundantes, la mortalidad se incrementó más del 4%.

Además, el estudio evidenció un aumento en la presencia de patógenos en el agua en regiones donde antes había una gran cantidad de buitres.

También se observó un notable incremento en las ventas de vacunas contra la rabia, lo que demuestra que la disminución de los buitres permitió un aumento de la población de perros salvajes, algunos de los cuales portan rabia.

Expertos en la conservación de buitres subrayan que este estudio debería servir de alerta sobre los peligros que enfrenta la biodiversidad.

Chris Bowden, gestor del programa de buitres de la Royal Society for the Protection of Birds en el Reino Unido, y Corinne Kendall, especialista en conservación, han señalado que la disminución de estas aves puede tener repercusiones significativas en la salud pública.

Ambos coinciden en que la conservación de los buitres es esencial para el bienestar humano.

Este es un llamado urgente para que se tomen acciones efectivas en pro de la preservación de estos importantes scavengers, cuya función en el ecosistema es innegable y sus desapariciones podrían tener serias consecuencias para la humanidad.