El mundo de la tecnología despide a Bill Atkinson, creador de innovaciones clave en la historia de Apple y la informática personal, a los 74 años.
El pasado domingo, el CEO de Apple, Tim Cook, rindió homenaje a la memoria de Bill Atkinson, un pionero en el desarrollo de la informática y uno de los ingenieros más influyentes en la historia de la compañía de la manzana mordida.
Atkinson, reconocido por su creatividad y visión innovadora, falleció a los 74 años en su hogar en Portola Valley, Estados Unidos. La noticia fue confirmada por su familia a través de una publicación en Facebook, donde expresaron su profundo dolor por la pérdida.
Bill Atkinson fue una figura fundamental en la historia de Apple y la informática personal. Se unió a la compañía en 1978, siendo el empleado número 51, reclutado por Steve Jobs, y dejó la empresa en 1990. Durante su etapa en Apple, formó parte de un selecto grupo de 30 ingenieros responsables del desarrollo del primer Macintosh, un ordenador que revolucionó la industria y acercó la informática a millones de usuarios en todo el mundo.
Entre sus contribuciones más destacadas se encuentra la creación de QuickDraw, la tecnología que permitió la interfaz gráfica del Macintosh, y la invención de elementos icónicos como la barra de menús, el doble clic y la selección con lazo, que aún hoy son estándar en los sistemas operativos modernos.
Además, diseñó MacPaint, uno de los primeros programas de dibujo para ordenadores personales, y fue el principal creador de HyperCard, una plataforma que sentó las bases para las aplicaciones multimedia y la programación visual.
Su impacto no se limitó a Apple. Tras su salida, fundó General Magic, una startup que intentó desarrollar los primeros teléfonos inteligentes, aunque sin éxito comercial. En 2007, se unió a Numenta, una empresa dedicada a la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, en busca de explorar nuevas fronteras en la tecnología.
El legado de Atkinson trasciende sus logros técnicos. Era un apasionado por la conciencia y la naturaleza de la mente humana, temas que exploraba con interés en sus últimos años. La familia de Atkinson destacó en su nota que fue «una persona extraordinaria, cuyo paso por el mundo dejó una huella imborrable. Estaba fascinado por la conciencia y ahora, al pasar a otro nivel de existencia, le deseamos un viaje lleno de significado, igual al impacto que tuvo en nuestras vidas».
La muerte de Atkinson recuerda también los sacrificios y logros de otros ingenieros y visionarios que, a lo largo de la historia, han impulsado la innovación tecnológica.
Por ejemplo, en 2023, se reportó la muerte de Issac Paul Olakkengil, un ingeniero civil de Kerala, en Dubái, por un paro cardíaco durante una sesión de buceo.
La pérdida de estos talentos nos invita a valorar la importancia de la innovación y la creatividad en la construcción del futuro.
Con un valor en euros aproximado de 80.000 euros, el legado de Bill Atkinson continúa inspirando a generaciones de ingenieros, programadores y soñadores que buscan transformar el mundo a través de la tecnología.
La historia de su vida es un testimonio del poder de la innovación y la pasión por crear, recordándonos que los avances tecnológicos nacen de la visión y el esfuerzo de individuos que creen en un futuro mejor.
