Un estudio liderado por la Universidad de British Columbia revela cómo el confinamiento afectó el comportamiento de los animales salvajes.

Durante el confinamiento por la pandemia de COVID-19, cientos de animales, en su mayoría depredadores, cambiaron su actividad a la noche para evitar el aumento de excursionistas, mientras que algunas presas estaban más activas durante el día, según un estudio realizado en la Columbia Británica.

Moose, lobos, bisontes y más fueron capturados en imágenes analizadas para un masivo estudio liderado por la Universidad de British Columbia sobre cómo los confinamientos afectaron a la vida salvaje.

Un relevante estudio analizando el comportamiento animal durante los confinamientos por COVID-19 ha proporcionado nuevas perspectivas sobre cómo los seres humanos pueden coexistir mejor con sus contrapartes salvajes.

También se obtuvieron excelentes fotos de bisontes, osos grizzli, crías de alce y otros animales en sus hábitats naturales.

El estudio, publicado el lunes en Nature Ecology and Evolution, involucró a 120 investigadores de todo el mundo y 5,000 cámaras trampa que toman fotos al ser activadas por el movimiento de los animales salvajes.

Fue liderado por el biólogo de vida silvestre y profesor asociado de la Universidad de British Columbia, Cole Burton, quien dijo que la investigación fue motivada por la idea de que, al reducirse la actividad humana debido a las restricciones de COVID-19, la actividad animal podría aumentar.

Miríadas de avistamientos de animales fueron capturados en las imágenes analizadas para un estudio masivo liderado por la Universidad de British Columbia.

La fauna silvestre se vio obligada a adaptarse debido a la disminución de la movilidad humana durante los confinamientos por la pandemia.

El estudio reveló que algunos depredadores, como los lobos o glotones, que tienden a evitar a los humanos, disminuyeron su actividad en paisajes más concurridos, mientras que algunas presas, como ciervos, alces y ciervos, aumentaron su actividad con más personas en sus territorios.

Otra observación es que parecía haber un aumento de animales saliendo por la noche como respuesta a un mayor número de humanos durante el día.

Este comportamiento podría ayudar a explicar la adaptación de la fauna salvaje a la presencia humana.

Los hallazgos del estudio son útiles para comprender cómo la vida salvaje responde a la actividad humana y para desarrollar planes de conservación que puedan garantizar la seguridad de la fauna frente a la interacción humana.

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