El Ministerio del Ambiente de Ontario inicia una indagación sobre la reciente muerte masiva de abejas y su posible relación con el uso de pesticidas en la zona.

El gobierno de Ontario está llevando a cabo una investigación sobre la repentina muerte de 1,2 millones de abejas en Lively, un incidente ocurrido a mediados de junio.

El Ministerio del Ambiente de la provincia ha manifestado su interés en examinar las posibles causas de esta gran mortalidad de abejas, una especie vital para la polinización y la agricultura.

Dawn Lalonde, propietaria de Mikkola Family Farm & Apiary, reportó que la mitad de sus 40 colonias de abejas murieron de manera repentina alrededor del 14 de junio.

La apicultora ha expresado su preocupación por esta situación, la cual considera un indicio de que algo grave está ocurriendo en el medio ambiente.

En un intento por esclarecer lo que pudo haber causado la mortalidad, el Ministerio del Ambiente está revisando muestras y alineándose con operadores de pesticidas para determinar si se llevaron a cabo aplicaciones de pesticidas residenciales en la zona en el momento crítico de la muerte de las abejas.

Lalonde destacó que aunque unas semanas antes de la muerte masiva, un inspecto del Ministerio de Agricultura de Ontario había confirmado que sus abejas se encontraban en estado óptimo de salud y sin signos de enfermedades o parásitos, lo que la lleva a sospechar de la posible implicación de productos químicos en el entorno.

Para poder enviar muestras de las abejas fallecidas a un laboratorio para su análisis, Lalonde recaudó cerca de 9.500 euros a través de una campaña de crowdfunding.

Los resultados de estos análisis, entregados a principios de agosto, han revelado hallazgos preocupantes, aunque Lalonde no ha especificado los químicos identificados.

El ministerio ha confirmado que está revisando estos resultados y está colaborando con los operadores locales de pesticidas para investigar si hubo aplicaciones en la vecindad en torno al 14 de junio.

Cabe destacar que las tierras de Mikkola Family Farm & Apiary no están ubicadas cerca de operaciones agrícolas, lo que lleva a Lalonde a cuestionar si las sustancias químicas que causaron la mortalidad de las abejas provinieron de residencias cercanas.

“Siento una mezcla de alivio y preocupación de que el ministerio haya iniciado una investigación”, comentó, expresando su deseo de identificar la fuente de los químicos que estuvieron involucrados.

Además de este incidente, la organización de apicultores de Ontario ha reportado altos índices de mortalidad en las colmenas desde el invierno.

Ian Grant, presidente de la Asociación de Apicultores de Ontario, mencionó que las pérdidas en el sector apícola han sido significativas y no se pueden atribuir a una causa específica.

El ministerio también está indagando sobre otro incidente relacionado con la mortalidad de abejas, revisando los detalles para determinar si está asociado con las actividades que regula, como el uso de pesticidas.

La muerte masiva de abejas no solo presenta un llamado de atención sobre el impacto de ciertos productos químicos en la fauna local, sino que también resalta la creciente preocupación sobre la salud del ecosistema.

Las abejas tienen un papel crucial en la polinización de cultivos y plantas, lo que a su vez tiene repercusiones en la producción de alimentos y la biodiversidad.