La modificación de la ordenanza municipal introduce nuevas medidas para controlar las zonas acústicas saturadas y facilitar el acceso al transporte público a personas con movilidad reducida, demostrando el compromiso del gobierno local con la calidad de vida de los vecinos.

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El Ayuntamiento ha dado un paso importante en su política de sostenibilidad y bienestar ciudadano al aprobar modificaciones en sus normativas que buscan reducir la contaminación acústica y mejorar la accesibilidad en el transporte público.

Esta iniciativa, respaldada por la Comisión de Desarrollo Sostenible, responde a la necesidad de crear entornos urbanos más saludables y inclusivos, en línea con las tendencias europeas en protección ambiental y derechos sociales.

La reciente aprobación de la modificación de la ordenanza municipal para el control de instalaciones y actividades, que regula las zonas acústicas saturadas (ZAS), refleja el compromiso del equipo de gobierno por disminuir los niveles de ruido en áreas densamente pobladas.

Estas zonas se definen como aquellas donde las actividades recreativas, espectáculos, establecimientos públicos y el tráfico generan niveles sonoros que superan los límites aceptables.

La normativa establece criterios claros para identificar estas áreas, así como procedimientos para su declaración y vigilancia hasta lograr reducir los niveles de ruido.

Históricamente, las zonas acústicas saturadas han sido un problema en muchas ciudades europeas, incluyendo en los centros históricos y zonas de ocio.

Países como Alemania y Suecia han implementado medidas similares con resultados positivos, logrando mejorar la calidad de vida de sus habitantes y reducir problemas relacionados con la salud, como trastornos del sueño, estrés y pérdida auditiva.

La normativa local también contempla actuaciones preventivas, como restricciones en horarios y actividades ruidosas, además de establecer protocolos técnicos para la declaración formal de zonas saturadas.

Por otro lado, la modificación también incluye cambios en artículos relacionados con dispositivos sonoros y el aislamiento en locales cerrados, además de la creación de la Mesa de coordinación acústica, que será responsable de implementar y supervisar las acciones en estas áreas.

La intención es que estas medidas sean aplicadas de manera efectiva y coordinada, garantizando un entorno más tranquilo y saludable para todos los vecinos.

En paralelo, la Comisión de Desarrollo Sostenible ha aprobado también una revisión parcial de la ordenanza del Servicio de Transporte Urbano de Viajeros en Autobús (TUS), con el objetivo de facilitar el acceso a personas con movilidad reducida.

Esta modificación busca garantizar que los usuarios que requieren sillas de ruedas eléctricas o manuales, scooters, o que viajan acompañados de perros de asistencia, puedan acceder sin inconvenientes a los autobuses urbanos.

Es importante destacar que, históricamente, la accesibilidad en el transporte público ha sido un desafío en muchas ciudades europeas. Países como el Reino Unido y los Países Bajos han avanzado en la creación de sistemas inclusivos, promoviendo el derecho de todas las personas a la movilidad.

La normativa local ahora contempla que los usuarios de sillas de ruedas eléctricas, con dimensiones de hasta 1.300 mm de alto y 700 mm de ancho, puedan acceder en igualdad de condiciones, además de ampliar la posibilidad de viajar con perros de asistencia para personas con condiciones médicas como la diabetes o epilepsia.

Estas medidas, que aún deben ser aprobadas en pleno y sometidas a un proceso de información pública, representan un avance en la protección del bienestar ciudadano y el respeto a los derechos de los colectivos más vulnerables.

El Ayuntamiento continúa así su camino hacia la creación de una ciudad más inclusiva, saludable y sostenible, alineándose con las políticas europeas en materia de calidad de vida y protección del medio ambiente.