Análisis sobre la aplicación de la Ley de Seguros y la Ley de Defensa del Consumidor en Argentina para la contratación de pólizas de automóviles.

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En Argentina, la contratación de seguros automovilísticos es un tema que ha generado diversas interpretaciones legales, en especial en lo que respecta a la Ley de Seguros y la Ley de Defensa del Consumidor.

La normativa principal que regula estas contrataciones se encuentra en la Ley Nacional de Tránsito y Seguridad Vial (Ley 24.449), la cual establece que contar con un seguro es una obligación para circular con un vehículo.

Esto garantiza que todos los automovilistas estén protegidos y que puedan responder a posibles accidentes.

Cada propietario de un vehículo debe formalizar un contrato que estará bajo la tutela de la Ley de Seguros, así como del Código Civil y Comercial de la Nación.

Sin embargo, es crucial también considerar la Ley 24.240, que se centra en la protección del consumidor.

La interacción entre ambas leyes puede ser compleja y, en algunas situaciones, podría ser necesario invocar la Ley de Defensa del Consumidor como un complemento a la ley de seguros.

Antes de la firma de una póliza, es esencial que la compañía aseguradora brinde toda la información necesaria sobre las opciones de cobertura disponibles.

Esta obligación de transparencia es fundamental para evitar malentendidos entre las partes.

En muchas ocasiones, los conflictos surgen precisamente porque los consumidores no reciben una aclaración adecuada sobre las diferentes alternativas de cobertura, lo que puede llevar a reclamos basados en el artículo 4 de la Ley de Defensa del Consumidor.

Este artículo establece que los proveedores deben ofrecer detalles claros y precisos sobre las características y condiciones de los bienes y servicios que comercializan.


Adicionalmente, existen pólizas que pueden incluir cláusulas técnicas complejas que no son del todo comprensibles para el consumidor promedio.

En estos casos, las compañías aseguradoras tienen la responsabilidad de proporcionar información adicional de manera accesible y comprensible.

La normativa establece que esta información debe ser facilitada sin costo alguno para el usuario y en un formato físico que permita su fácil entendimiento.

Solo se podría evitar este formato físico si el consumidor optara de manera explícita por otro medio de comunicación que la aseguradora tenga disponible.

Es relevante discernir si la persona que contrata el seguro es un consumidor final, ya que la Ley de Defensa del Consumidor no se aplica de la misma manera a un asegurado comercial.

Por lo tanto, determinar los roles de los involucrados es una parte vital del análisis legal.

En cada caso particular, es fundamental saber qué ley será de aplicación, ya sea la Ley de Seguros, la Ley de Defensa del Consumidor o incluso ambas simultáneamente.

Sin embargo, es importante señalar que este tema es objeto de constantes debate y discusión tanto en el ámbito doctrinal como judicial.

Existen numerosos fallos en diferentes tribunales que han generado un marco interpretativo diverso sobre la materia.

Es esencial entender que cada situación es única y que esta información no debe ser considerada como asesoramiento legal en circunstancias específicas.

Se recomienda que cualquier persona involucrada en un reclamo busque asesoría legal especializada para resolver sus dudas y conflictos relacionados con los seguros automotor.