Una experiencia inolvidable a bordo del poderoso BMW M5 Touring Safety Car durante el Gran Premio de la República Argentina de MotoGP.

El BMW M5 Touring Safety Car ha dejado una huella imborrable durante el Gran Premio de la República Argentina de MotoGP, que se celebró recientemente en el Circuito Internacional de Termas de Río Hondo.
Este impresionante vehículo combina un motor V8 junto con un motor eléctrico, que, en conjunto, logran una asombrosa potencia de 727 caballos de fuerza y 1.000 Nm de par motor.
Para poner a prueba sus capacidades, tuvimos la oportunidad de dar una vuelta al circuito con Alfredo Saldón, un experimentado piloto español que ha dedicado su carrera a los vehículos de seguridad de la categoría.
Al sentarnos en la butaca del acompañante, con un cinturón de seguridad de cinco puntos ajustado, comenzamos a sentir la emoción del momento.
El interior del BMW M5 Touring es un testimonio del diseño moderno y minimalista del fabricante alemán. En lugar de los tradicionales diales y manecillas, el tablero de instrumentos cuenta con una extensa pantalla digital que muestra tanto la información sobre la conducción como el estado del vehículo, lo que agrega un toque contemporáneo a la experiencia de manejo.
Al iniciar la vuelta, el sonido del motor híbrido fue algo sorprendente, ya que durante los primeros momentos la aceleración es casi silenciosa gracias a su modo eléctrico.
Sin embargo, tan pronto como el V8 comienza a rugir, la experiencia se transforma en una sinfonía para los amantes del motor. En menos de cuatro segundos, alcanzamos los 100 km/h, evidenciando así el increíble rendimiento que ofrece este coche.
Al entrar en la primera curva, la fuerza G es palpable, y uno se siente como si estuviera siendo empujado hacia el asiento por la fuerza de la aceleración.
El sistema de frenado es igualmente sorprendente, permitiendo reducir la velocidad y tomar las curvas de manera precisa y eficiente. Las llantas chirriaban en el asfalto, indicando que estábamos llevando al BMW M5 Touring al límite de sus capacidades.
Conducir sobre este circuito, que tiene el asfalto en condiciones impecables, hace que cada curva y recta sea pura adrenalina. Al llegar a los 250 km/h, la emoción aumenta considerablemente, mientras nos preparamos para otra curva abierta. La estabilidad del M5 es asombrosa, permitiendo un manejo fluido y controlado, incluso a altas velocidades.
La combinación de potencia y control es única, y el M5 puede operar hasta 69 kilómetros en modo completamente eléctrico, lo que lo convierte en una opción versátil y potente.
Al concluir la vuelta, las cifras de tiempo fueron reveladoras; logramos completar el giro en 2 minutos y 14 segundos. Este tiempo es notable, dado que la vuelta comenzó desde cero y terminó también en cero, con cuatro ocupantes a bordo. Es relevante mencionar que, el año pasado, la pole position de TC2000 se estableció con un tiempo de 1:48.466.
La experiencia a bordo del BMW M5 Touring Safety Car no solo fue emocionante, sino que también subraya la capacidad de BMW para combinar tecnología avanzada con un diseño de rendimiento excepcional.
Una jornada emocionante en el Gran Premio de MotoGP, que quedará grabada en la memoria de todos los que tuvieron la oportunidad de vivirla.