El Hospital Universitario de La Princesa y el Hospital Clínic de Barcelona se unen para organizar NutriERCA, un programa formativo para unidades de enfermedad renal crónica avanzada (ERCA) sobre medicina culinaria, nutrición conductual y hábitos saludables.

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El Hospital Universitario de La Princesa, en colaboración con el Hospital Clínic de Barcelona, ha llevado a cabo la segunda edición de NutriERCA, un evento formativo especializado en el tratamiento de la enfermedad renal crónica avanzada (ERCA) a través de la medicina culinaria, la nutrición conductual y los hábitos saludables.

En esta ocasión, el encuentro ha contado con la participación de más de 60 profesionales sanitarios de toda España, entre los que destaca la presencia de la doctora Guillermina Barril, especialista de Nefrología del Hospital de La Princesa, un centro público de la Comunidad de Madrid.

Además de los profesionales de la salud, también han participado en estas jornadas la Fundación Alicia, CSL Vifor, la Federación Nacional ALCER y ADER, y ha contado con el aval de la Sociedad Catalana de Calidad Asistencial.

Durante el evento, se ha hecho hincapié en cómo un tratamiento dietético adaptado puede contribuir a mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedad renal crónica, así como a ralentizar su progresión.


Se han ofrecido tanto conocimientos teóricos como consejos prácticos para mejorar el tratamiento de todos los pacientes con ERC.

En este sentido, la doctora Guillermina Barril ha enfatizado la importancia de establecer criterios alimenticios adecuados para prevenir la malnutrición y mejorar la progresión de la enfermedad renal crónica.

Asimismo, se ha destacado la necesidad de promover un estilo de vida saludable, en el que el ejercicio físico ocupe un lugar prioritario, ya que el sedentarismo puede favorecer la pérdida de masa muscular, la obesidad sarcopénica y la pérdida de funcionalidad.

La especialista ha resaltado la importancia de desarrollar programas activos dentro de los hospitales que se adapten a las características individuales de los pacientes, siendo accesibles y modificables.

Estos programas no deben ser complejos, sino que deben brindar información adecuada al paciente renal para optimizar los resultados en el cuidado integral de su salud.