La región madrileña inicia una estrategia integral para prevenir la presencia de la oruga procesionaria en sus pinares, protegiendo tanto el ecosistema como la salud pública.

La Comunidad de #Madrid anunció la implementación de una campaña preventiva en los próximos meses para gestionar la presencia de la oruga procesionaria en los extensos pinares de la región.
Aunque esta plaga no representa una amenaza significativa para la masa forestal, su contacto puede causar problemas de salud a las personas y animales, debido a los tricomas o pelos urticantes que desprenden.
La oruga procesionaria, conocida científicamente como Thaumetopoea pityocampa, es un lepidóptero cuya presencia es habitual en los pinares de la Península Ibérica, especialmente en la comunidad madrileña.
Es importante destacar que estas orugas cumplen un papel ecológico en los ecosistemas forestales, ayudando en la regulación natural del crecimiento de los pinares.
Sin embargo, en temporadas de condiciones climáticas favorables, sus poblaciones pueden incrementarse notablemente, provocando defoliaciones que afectan la salud de los árboles.
Para monitorear y controlar su expansión, los agentes forestales de la región han inspeccionado durante los meses de febrero y marzo más de 568 áreas de pinar, en un total de 65.000 hectáreas de superficie forestal. Estas inspecciones se han centrado principalmente en las áreas de Pinus pinaster, ubicadas en el piedemonte de la Sierra de Guadarrama, y en Pinus halepensis, presente en las zonas este y sureste de Madrid.
Además, se han establecido 14 puntos clave para estimar el momento de la eclosión de los huevos, lo que permite planificar las acciones preventivas con mayor precisión.
La estrategia de la campaña contempla diversas medidas para reducir la presencia de la oruga en zonas de paso y áreas recreativas, sin comprometer la salud del ecosistema forestal.
Entre ellas, en los meses de verano, se instalarán unas 1.200 trampas de feromonas en áreas con menores niveles de infestación para capturar a los machos de las mariposas durante su vuelo. Esto ayuda a disminuir la reproducción de la especie y a controlar su población.
La Comunidad de Madrid presenta un decálogo de buenas prácticas para proteger el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama
La Comunidad de Madrid ha presentado un decálogo de buenas prácticas para la protección y preservación del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama (PNSG), con el objetivo de garantizar un adecuado cuidado de este espacio natural. El PNSG celebra su décimo aniversario como lugar turístico, recibiendo alrededor de 2,5 millones de visitantes cada año. Se han establecido centros de atención y puntos de información en las áreas más concurridas.Durante los meses de septiembre y octubre, también se colocarán 300 cajas nido destinadas a atraer aves insectívoras y murciélagos, que se alimentan de las primeras orugas del otoño.
Estas especies depredan naturalmente a las orugas y contribuyen a mantener bajo control la población de la plaga. Además, en el mismo periodo, se realizarán tratamientos con bioinsecticidas a base de Bacillus thuringiensis var kurstaki, un producto aprobado para agricultura ecológica, con clasificación ambiental AAA.
Este biocida tiene un impacto específico en las orugas y no afecta a especies protegidas.
Desde octubre hasta noviembre, se llevará a cabo la instalación de trampas de anillo en espacios recreativos y zonas con arbolado disperso, con alta presencia de personas y animales domésticos.
Estas barreras físicas impiden que las orugas desciendan al suelo, reduciendo así su contacto con humanos y mascotas.
Es importante recordar que la oruga procesionaria, además de su papel en el ecosistema, puede representar un riesgo para la salud pública. Sus pelos urticantes pueden provocar reacciones alérgicas y afectar la vista en personas y animales. La región cuenta con mapas anuales de afectación que se publican en la web oficial, permitiendo a la ciudadanía conocer las zonas más afectadas y adoptar las precauciones necesarias.
Este plan de control forma parte de un enfoque integral que combina vigilancia, control biológico y medidas preventivas para mantener un equilibrio entre la protección del #medio ambiente y la salud pública.
La Comunidad de Madrid continúa trabajando para garantizar que sus pinares sigan siendo un espacio natural seguro y saludable para todos sus habitantes.