El expresidente colombiano Álvaro Uribe alertó sobre una posible amenaza a su seguridad, acusando al Gobierno de no priorizar la protección de los políticos tras el atentado contra un senador cercano.

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El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, alertó este lunes sobre una supuesta advertencia recibida por parte de servicios de inteligencia internacionales, que le habrían informado sobre la preparación de un posible atentado en su contra.

Uribe, que gobernó el país entre 2002 y 2010, no solo expresó su preocupación por su #seguridad personal, sino que también criticó duramente a las autoridades colombianas por su aparente indiferencia ante la gravedad del reciente ataque contra el senador Miguel #Uribe Turbay.

A través de su cuenta en la red social X (antes Twitter), Uribe escribió: “Mientras Miguel lucha por su vida, el gobierno se distrae con otros temas.

Desde sus altos niveles nos llaman a buscar consensos para evitar nuevas masacres, pero la inteligencia internacional me informa de la preparación de otro atentado contra mí”.

Esta declaración ha aumentado la tensión en un escenario político ya caldeado, en medio de la creciente preocupación por la seguridad de los líderes políticos en medio de un proceso electoral que se avecina en Colombia.

Uribe, una figura central en la historia política reciente del país, ha sido víctima de múltiples ataques en el pasado. En 2002, cuando aún era candidato presidencial, sufrió un atentado con un autobús bomba en Barranquilla, que dejó cuatro muertos y 22 heridos, en un ataque atribuido a la guerrilla de las FARC.

Posteriormente, en 2002, durante su toma de posesión, la misma guerrilla disparó proyectiles contra la sede del gobierno en Bogotá y detonó explosivos en barrios cercanos, dejando un saldo de 14 fallecidos y 59 heridos.

Además, en 2005, las autoridades lograron desactivar un plan para detonar explosivos en el aeropuerto de Neiva, en un intento de atentar contra su vida durante un vuelo.

La historia de Uribe con la violencia es extensa, y él mismo ha sido uno de los políticos colombianos más protegidos, con un esquema de seguridad que incluye decenas de guardaespaldas.

La memoria de estos ataques refuerza la gravedad de las #amenazas actuales y el temor por la integridad física de los líderes políticos.

El ataque contra el senador Miguel Uribe Turbay, de 39 años y miembro del Centro Democrático, ocurrió el sábado pasado en un acto de campaña en el occidente de Bogotá.

El incidente ha generado alarma y preocupación en la opinión pública, pues pone en evidencia los riesgos que enfrentan los políticos en un contexto electoral.

El senador continúa en estado crítico en la Fundación Santa Fe de Bogotá, y los médicos han informado que su recuperación aún es incierta, dada la gravedad de las heridas.

La Fiscalía confirmó que el agresor fue un adolescente capturado poco después del ataque, y que será presentado ante la justicia en una audiencia programada para este lunes.

La identidad del atacante aún no ha sido revelada, pero se investiga si existe alguna relación con grupos armados o actores políticos. El incidente ha encendido debates sobre la seguridad y las garantías para la participación política en Colombia.

La denuncia de Uribe coincide con llamados de diversos sectores políticos y sociales a fortalecer las medidas de protección para los líderes y figuras públicas, especialmente en un momento donde la violencia y las amenazas parecen estar en aumento.

La historia de los #atentados en Colombia, marcada por décadas de conflicto armado y violencia política, sigue siendo un recordatorio de la fragilidad del proceso democrático en el país.

El escenario actual evidencia la necesidad de fortalecer los mecanismos de seguridad y de inteligencia para prevenir tragedias similares en el futuro.

La comunidad internacional y las organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el incremento de amenazas contra políticos y defensores de derechos en Colombia, donde la paz y la estabilidad aún enfrentan grandes desafíos.

La situación de Miguel Uribe Turbay, y la denuncia de Uribe, resaltan la urgencia de tomar medidas concretas para garantizar la seguridad de quienes participan en la vida democrática del país.