La UE impone altos aranceles a los vehículos eléctricos importados de China, aumentando las tensiones comerciales en el continente.
La Unión Europea ha tomado la decisión de imponer aranceles significativos a los vehículos eléctricos (VE) procedentes de China, marcando un nuevo capítulo en las tensiones comerciales que se viven a nivel global.
Esta votación, llevada a cabo el viernes, se produjo tras meses de negociaciones infructuosas entre la UE y China, que no lograron encontrar un acuerdo que evitara la inevitable represalia por parte del gigante asiático, lo que podría desatar un conflicto comercial aún más amplio, similar al que ha afectado la relación entre China y Estados Unidos en años recientes.
El núcleo del desacuerdo radica en la rápida penetración del mercado de vehículos eléctricos en Europa por parte de fabricantes chinos.
En junio, después de una investigación sobre las subvenciones que China ha proporcionado a su sector de VE, la UE propuso incrementar su arancel base del 10 por ciento para todos los VE importados, imponiendo aranceles adicionales sobre los vehículos eléctricos fabricados en China que oscilan entre el 17.4 por ciento y el 38.1 por ciento, dependiendo del nivel de cooperación mostrado por cada fabricante.
Esta medida busca presionar a China para que modifique sus políticas industriales que han llevado a un aluvión de importaciones de VE y otros productos "verdes" a precios muy competitivos.
Los europeos quieren evitar una repetición de lo sucedido en el sector de paneles solares, donde productos chinos subsidiados destruyeron la industria de fabricación solar en Europa.
Aunque las negociaciones posteriores plantearon la posibilidad de establecer precios mínimos y volúmenes máximos para las importaciones de VE de China, hasta ahora no han conseguido un acuerdo, lo que pone de manifiesto la falta de avances significativos en las discusiones.
Los negociadores se reunirán nuevamente el lunes en busca de una solución.
Las perspectivas en la UE están divididas.
De los 27 estados miembros, cinco votaron en contra de los aranceles y 12 optaron por la abstención.
Alemania, que alberga a importantes grupos como Volkswagen, BMW y Mercedes-Benz, los cuales tienen grandes fábricas en China y también exportan vehículos de combustión interna a este país, se encuentra en una posición vulnerable ante un deterioro de las relaciones y ante la posible represalia de China.
Otros países, como Hungría, están recibiendo inversiones significativas de fabricantes de VE chinos, quienes buscan establecer bases de producción en Europa como forma de diversificar sus riesgos.
Además, hay preocupaciones relacionadas con el acceso al mercado interno de China para los productos agrícolas europeos.
La decisión de la UE sienta un precedente en la forma en que el bloque enfrenta las crecientes tensiones comerciales globales y podría influir en futuras negociaciones tanto con China como con otras naciones que buscan introducir productos en el mercado europeo.
Con la economía global en constante evolución y marcada por el proteccionismo, la importancia de una respuesta unificada y estratégica se vuelve más crucial que nunca.